"Es una revolución urbanística". Con estas palabras definió ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, la entrada en vigor, tras su aprobación definitiva en el Consello, del llamado Plan Básico Autonómico que, en cuanto se publique en el Diario Oficial de Galicia, será de aplicación automática en los 215 ayuntamientos que carecen de un plan urbanístico adaptado a la Lei do Solo. El documento funciona como una ordenanza tipo que permite a estos concellos desarrollar con normalidad la actividad edificadora, ya sea con carácter residencial, industrial o de infraestructuras, desbloqueando las restricciones de que son objeto por tener un planeamiento totalmente obsoleto.

"Es un instrumento muy potente, positivo y ambicioso que permitirá solucionar buena parte de los problemas urbanísticos de Galicia", sostuvo Feijóo. Sustituirá a las normas subsidiarias y complementarias provinciales del año 1991 que todavía están en vigor para los municipios que carecen de planes municipales de ordenación, lo "que evitará la comisión de disparates" y dará seguridad jurídica para que no se paralice un concello sin PXOM, según el presidente de la Xunta tras la reunión semanal del Consello.

Este planeamiento urbanístico genérico está pensado para aplicarse directamente en 38 ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes que se rigen por normas subsidiarias de 1991 y, de forma complementaria, para otros 177 concellos que están sujetos a normas subsidiarias o planes de ordenación obsoletos sin adecuar a la Lei do Solo. Durante su tramitación, el documento recibió un millar de alegaciones y se aceptaron cerca de 700.

Una de las ventajas derivadas de este Plan Básico Autonómico es que permitió identificar la totalidad de los núcleos de población que existen en Galicia, que ahora son "39.000 largos", en palabras del presidente de la Xunta, superando ampliamente las cifras oficiales conocidas hasta ahora. "Empezamos con 29.000, luego pasamos a 30.000, después a 32.000 y ahora tenemos más de 39.000 núcleos cartografiados", indicó Feijóo al término del Consello.

Galicia será la "única comunidad que tiene un Plan Básico Autonómico", con el que ofrece, "información, transparencia y agilidad" a las cuestiones urbanísticas, delimitando los "diferentes usos del suelo" y marcando líneas de edificación, entre otros fines, lo que supondrá beneficios en materia urbana para todos los núcleos de población de Galicia, explicó el presidente.

Este plan básico puede servir además de guía a los alcaldes cuando se pongan a redactar el suyo porque pretende ser "un modelo para construir lugares mejores" y porque recoge "toda las afecciones de las diferentes normas sectoriales que afectan al territorio: costas, aguas, infraestructuras" y ya se adapta a las últimas reformas normativas (directrices del territorio).

Entre los criterios generales que se fijan para la actividad constructora destacan una altura máxima de dos pisos en los edificios de nueva construcción. En las zonas del rural gallego solo se permitirán viviendas de planta baja, con un primer piso y posibilidad de habilitar el bajo cubierta. También se prohíben las buhardillas, usar piezas cerámicas en el revestimientos de los muros del cierre, donde se aconseja emplear granito, las cubiertas de las viviendas deben ser de teja, losa, cobre o zinc y no se permitirá "prolongar en el tiempo situaciones provisionales como paredes sin revestir o pintar ni edificios de plantas altas sobre una planta baja sin cerrar".

Las nuevas calles con un largo superior a 10 metros tendrá arbolado. Las fincas edificadas podrán tener cierres para proteger su intimidad, pero la altura máxima será de 1,5 metros, y a partir de ahí, si se desea mayor protección se podrá elevar un metro más a cuenta de árboles o mallas metálicas.