Más vigilancia por tierra y por aire. La operación salida de agosto, la más conflictiva en las carreteras del país por el gran número de desplazamientos al coincidir el fin de las vacaciones para unos y el comienzo para otros, arranca con más mecanismos de vigilancia. A los helicópteros Pegasus, los drones que rotarán por toda la geografía -por ahora no multarán y su función se limitará al control del tráfico-, se sumarán los mini radares portátiles que pueden colocarse en los guardarraíles o incluso acoplarse en los vehículos policiales. Durante los dos primeros meses de funcionamiento de estos dispositivos en Galicia, se estrenaron en el puente de mayo, fueron interceptaron en las carreteras de la comunidad un total de 493 conductores por encima de la velocidad permitida. El grueso de las denuncias interpuestas es por superar en más de 30 kilómetros por hora el límite en el tramo vigilado, lo que además de la correspondiente multa conlleva la retirada de puntos del carné. El estreno de los Velolaser ha dejado una media de ocho automovilistas de riesgo sancionados cada día en la red viaria gallega.

Por el momento solo están operativos tres de los seis mini radares que estaban previstos para Galicia, ya que los otros tres están pendientes de ajustes metrológicos para empezar a colocarse en los puntos más conflictivos. Y los que ya han recorrido las cuatro provincias gallegas todavía no están funcionando a pleno rendimiento. "Apenas están al 50% ya que por ahora son una veintena de agentes los que pueden operar con ellos; el objetivo es que todos los motoristas hagan el curso para poder utilizarlos", detalla el jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, el teniente coronel Francisco Javier Molano.

"Poco visibles" y "discretos"

Su pequeño tamaño les permite "discreción" en su ubicación, según reconocen desde la Agrupación. Los dos meses que llevan en funcionamiento los Velolaser permiten sacar un perfil de los infractores sorprendidos por estos cinemómetros que "en alguna ocasión pueden estar poco visibles". "Se han detectado velocidades impactantes. El perfil es el de un conductor de riesgo que circula por carreteras convencionales a unos 30 kilómetros por encima del límite permitido", apunta el jefe del Sector de Tráfico en Galicia.

Cuando no se avisa de su ubicación, el margen de velocidad interceptada es elevado, por lo que conlleva además la retirada de puntos. "No suele haber denuncias leves cuando no se anuncian. Son aparatos que pertenecen concienciar el comportamiento del conductor, están más enfocados a velocidades impactantes, para conductores que arriesgan y se sienten impunes", advierte el teniente coronel Molano.

Y es que las estadísticas de accidentalidad dan cuenta de las consecuencias de pisar más de la cuenta el acelerador. Respetar los límites evitaría uno de cada tres fallecidos en carretera. Un aumento del 5% en la velocidad provoca un incremento del 10% en los accidentes que causan traumatismos y del 20% en los siniestros con fallecidos. "La velocidad influye en las consecuencias del siniestro. Es el factor concurrente en el 40% de los accidentes graves y mortales", detalla Molano.

"En carretera -advierte- lo que mata es la velocidad. En las ciudades hay más accidentes pero hay menos muertos. Después de un accidente nada es igual, pero es la velocidad la que va a determinar el tanto de desigual que va a ser". Por ello desde la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil apelan a ver los nuevos Velolaser como "un aliado de todos", como una "herramienta potente y eficaz" para mejorar la seguridad vial.