El suelo gallego destaca por su riqueza geológica y eso sitúa a Galicia como la cuarta autonomía en valor de producción por detrás de Andalucía, Cataluña y Castilla y León y la segunda en porcentaje de empleo, al representar el 13% del total estatal. La crisis del ladrillo ha pasado factura a la comunidad y, aunque aportó el 1,22% del PIB de Galicia en 2016 -último año del que hay estadísticas del Ministerio de Fomento- el número de yacimientos se redujo en una veintena en tres años al pasar de los 302 registrados en 2013 a los 283 de 2016. Desde la Cámara Mineira de Galicia destacan que no significa que todas cierren sino que en ese año "no han tenido producción efectiva". En cuanto precisamente a las toneladas producidas, el organismo admite que los resultados no permiten confirmar un cambio de tendencia, al caer la demanda de materias primas para la construcción en un 6% con 783.047 toneladas menos, de 12,9 a 12,1 millones de toneladas, pero aún así por encima de los datos de 2013 y 2014, ejercicios en los que la producción minera en Galicia osciló rondó los 11,5 millones de toneladas.

La nota más positiva del balance tiene que ver con la recuperación del empleo que sí rompe el ritmo descendente de los últimos años, al pasar de los 4.678 trabajadores en 2015 a 5.068 del año siguiente, casi 400 más, lo que supone una subida del 8,3%. Los empresarios del sector confían en que se consolide este crecimiento en los próximos ejercicios para que el empleo que crea la minería "continúe ayudando a fijar población y a evitar el abandono del rural". En esta línea, la Cámara Oficial Mineira de Galicia calcula que la nueva Ley de implantación empresarial, que permite agilizar trámites, contribuirá a dinamizar el sector con un aumento del 23% en el empleo que representaría 830 nuevos puestos de trabajo directos y una aportación al PIB superior a los 156 millones de euros.

El 90% de la producción minera gallega corresponde a materiales de construcción pero la crisis inmobiliaria obligó a la minería a adaptar la producción a la demanda en los últimos años. De ahí que en el último ejercicio del que hay datos se haya incrementado la demanda de minerales y rocas para la industria como el cuarzo. De hecho, Galicia es líder en la producción de este material con el 68% de la producción nacional y hasta el 98% de las exportaciones.

En una época de crisis en la que el mercado interior se contrae, la exportación ha jugado un papel fundamental para mantener la actividad. Por eso, las explotaciones de pizarra, granito y cuarzo que tienen menor dependencia del mercado nacional son las que mejor han resistido la crisis. De todas formas hay diferencias. Mientras la demanda de pizarra creció un 14,6% hasta las 530.684 toneladas, en el caso del granito se produjo un descenso del 6%, de 406.072 a 388.756 toneladas. Galicia lidera la producción de pizarra al acaparar el 54,3% del volumen generado en toda España y el 72,5% de las exportaciones. Además supone más de un tercio de la pizarra mundial en cubiertas. Solo la pizarra y las rocas industriales registraron una evolución positiva.

El granito gallego se coloca a la cabeza a nivel estatal, ya que el 57% sale de las canteras gallegas, que suponen el 94% de los yacimientos de este material en toda España. Pese a la caída de la producción, la industria gallega del granito es la segunda más importante de Europa, solo por detrás de Italia, y la cuarta del mundo. Este subsector también ha usado el mercado exterior para sobrevivir a la parálisis en la promoción inmobiliaria española. Las exportaciones crecieron en 2016 por séptimo año consecutivo hasta lograr un récord de 127 millones de euros.

Por otra parte, la comunidad gallega cuenta con el mayor potencial en España en aguas minerales y termales, con más de 300 captaciones catalogadas, lo que mantiene a Galicia como número uno de la clasificación nacional con el 21% de la oferta estatal y 21 explotaciones termales que son reclamo para el turismo de salud.