La falta de relevo generacional es uno de los problemas más acuciantes del campo gallego. Aunque 1.600 explotaciones están en manos de productores que no llegan a la treintena, apenas representan el 10% del total. Esa escasez de mano de obra joven en el campo y, sobre todo, emprendedores que quieran continuar con la granja de sus padres cuando estos se jubilen o montar la suya propia se palía en cierta medida cada año con los jóvenes que se acogen a las ayudas a la incorporación al rural de la Xunta. En dos años -entre 2016 y 2017- más de un millar de jóvenes se animaron a probar suerte y encaminar su vida profesional hacia una actividad agraria. Así lo reflejan los datos de la Consellería de Medio Rural, con 466 solicitudes aprobadas y tramitadas en la convocatoria del año pasado y otras 618 en el ejercicio anterior, cuando se alcanzó el récord tanto en peticiones como en proyectos autorizados.

De esta forma, el departamento autonómico que dirige la conselleira Ángeles Vázquez ha alcanzado en estos dos años la mitad del objetivo previsto en el Programa de Desenvolvemento Rural de cara a 2023. El Gobierno gallego pretende que en esa fecha 2.200 jóvenes se hayan labrado un futuro en el sector agrario y, por tanto, a seis años de que finalice el plazo ya se ha hecho la mitad del trabajo.

Aunque el año pasado se redujeron las incorporaciones en un 25% hasta las 466, se trata de la segunda cifra más elevada desde el inicio de la crisis duplicando a las 280 iniciativas que de media cumplían cada año los requisitos para recibir las subvenciones a lo largo del periodo 2009-2015.

El rural se convirtió en un sector refugio durante la crisis cuando los jóvenes empleados en otros sectores productivos y que vivían en núcleos de población más grandes se vieron obligados a volver a la vivienda familiar y a trabajar en el campo al quedarse sin trabajo. De ahí que en 2016 se registrase el récord de peticiones a las ayudas de Medio Rural con un total de 784, de las que se aceptaron 618. El número de solicitudes bajó en 2017 un 30% hasta las 540 y para la convocatoria de este año la Xunta recibió 484 demandas, lo que supone un 11% menos que las contabilizadas el año pasado y hasta un 40% por debajo de las de 2016. Ese cambio de tendencia se debe, en parte, a que con la recuperación económica vuelve a haber más empleo en el resto de sectores.

La Consellería de Medio Rural invertirá este ejercicio en las ayudas a la incorporación de jóvenes 21,8 millones de euros, casi dos millones más que el año pasado. Para la conselleira Ángeles Vázquez, con estas ayudas el Gobierno gallego busca "rejuvenecer" la población activa y fomentar el empleo en el sector agrario, con el objetivo global de que más gente se asiente en el rural. A esta finalidad también van orientados los 65 millones reservados este año para llevar a cabo planes de mejora en pequeñas explotaciones.