-¿Qué opina de que se señale el eucalipto como causa de los incendios más dañinos?

-Leo mucha demagogia de todas las partes. Es una riqueza para Galicia, que contribuye al desarrollo rural y genera empleo y renta. Pero eucaliptos, pinares y acacias favorecen que el fuego se vaya de copas. Por eso es necesario separarlo de las zonas habitadas. Es un riesgo innecesario.

-¿La Xunta no tiene margen para reducirlo?

-El plan forestal regula dos millones de hectáreas y la mitad es para producción de madera. El objetivo es duplicar la producción. Y sí, las plantaciones legales están ahí y se prevé crecimiento.

-¿Fue útil la comisión parlamentaria sobre incendios?

-Sí. Ha pasado mucha gente por allí y ha habido un nivel de consenso tremendo a nivel de porcentaje de diputados al estar de acuerdo PP y PSOE y nadie votó en contra. No está tan mal.

-Xunta y concellos han firmado un acuerdo para la limpieza de franjas de seguridad, pero es evidente que no están limpias todas. Aun así, en los últimos cinco años solo se había apercibido a 5.000 personas. Tanta alarma no casa con tan pocas multas.

-Por ley, desde 2007 las franjas secundarias con competencia municipal y la limpieza es obligación de los propietarios. Cada vez más la actividad incendiaria se concentra en días de condiciones extremas. Ahí aparecen medidas estructurales fundamentales que permiten garantizar de forma mayor la seguridad y bienes y la operatividad de los servicios de extinción. Eso quiere decir que en esas condiciones de viento los fuegos son, no digo que intratables, pero sí muy complicados. Hay una zona de interfaz urbano-forestal y ahí es necesario garantizar discontinuidades porque con el viento el fuego no perdona. En muchas zonas quemadas en los últimos incendios la diferencia entre un monte mal gestionado y otro bien gestionado es el suelo. Ardieron montes con una gestión cercana al 90%, podados, desbrozados... La diferencia es que en estos el fuego va a por las copas, avanza rápido y afecta poco al suelo. Se recupera mejor. Y ahí son fundamentales esas discontinuidades para romper un poco el fuego y permitir a los servicios llegar al monte.

-El experto Juan Picos comparaba la situación con que en San Francisco no estuviesen preparados para un terremoto...

-Podemos iniciar un movimiento. Hay miles de parcelas que se están gestionando y con este convenio se trabajará en 16.000 hectáreas, las zonas más críticas. Y en la ley de acompañamiento también introdujimos cambios para actuar donde no se conoce el propietario. Con publicación en BOE y DOG se puede actuar y se da por avisado. El dato de propiedad catastral no coincide con dueño real muchas veces y hay muchas ocasiones en que existen comunidades de herederos. Ante eso la ley dice: está muy bien, pero estamos hablando de la seguridad de las personas. Eso no puede impedir la actuación subsidiaria de la administración. Este convenio da apoyo a los concellos para tener recursos y actuar. Será una labor tremendamente efectiva y necesaria.