La amenaza de multas de entre 500 y 5.000 euros por no tener el perro con chip y debidamente apuntado en el Rexistro Galego de Identificación de Animais de Compañía ha disparado el número de canes con chip. Son 54.155 más desde que el 11 de enero entró en vigor la Lei de Benestar Animal. Significa que de media hasta el 13 de agosto cada día se anotaron 240 perros. La mayoría son canes que vivían con sus dueños, no han sido adquiridos recientemente o no acaban de nacer, lo que sucede es que no estaban regularizados. El temor a una sanción ha forzado a sus propietarios a sacarlos a la luz.

De este modo, consta que en Galicia hay 538.726 perros, un 11% más que a comienzos de este año. Son 21.612 más en la provincia de A Coruña, 17.168 más en la de Pontevedra, 8.526 más en Lugo y 6.849 más en Ourense.

Hasta la aprobación de la nueva norma, las multas por pasear con un perro sin chip -dispositivo electrónico diminuto que se implanta bajo la piel del cuello del perro y permite localizar al can en caso de pérdida- oscilaban entre los 30 y los 300 euros. Ahora pueden llegar a 5.000 euros.

En todo caso, quedan aún muchos perros sin el marcador que los identifica y sin constar en el registro oficial. Podrían ser unos 150.000 los que están sin regularizar.

El Rexistro Galego de Identificación de Animais de Compañía no solo deja constancia de los perros que hay en Galicia. También hay gatos y otros animales, que suman un total de 13.378. Desde el arranque del año se han inscrito 1.828 animales, aparte de perros, aunque la ley no obliga a su registro y este es voluntario.

El Registro depende de la Consellería de Medio Ambiente y está gestionado por el Colegio de Veterinarios de Galicia. La inscripción debe hacerse de forma presencial y ante un veterinario, que es el que cubrirá los papeles oficiales y los enviará al citado registro. Ese mismo veterinario será el que coloque el chip al animal.

Encadenados

La mayor sanción por no tener registrado al perro no es la única novedad de la Lei de Benestar Animal. Ahora se prohíbe mantener a perros atados de forma permanente o limitar sus movimientos a lo largo del día. Tampoco se podrán utilizar instrumentos o métodos dañinos de sujeción, retención o educación, como los collares eléctricos con descargas. Infringir uno de estos puntos podría suponer una multa de 501 a 5.000 euros. La nueva ley también castiga con hasta 30.000 euros el sacrificio de animales y la eutanasia sólo será posible con el permiso de un veterinario. Además ya no pueden venir a la comunidad circos con animales.

Una de las cuestiones más polémicas de esta norma tiene que ver con la penalización por alimentar o recoger animales abandonados. Suscitó debate, y la Xunta mudó la redacción para regular excepciones en caso de emergencia. Dar comida a animales que viven en la calle está multado con hasta 500 euros y quedarse con un animal que se ha extraviado puede implicar una sanción de hasta 5.000 euros.