La dirección de En Marea no prevé la celebración inmediata del plenario que servirá para renovar a sus integrantes y fijará la fecha en una reunión a finales de mes o comienzos de septiembre con la previsión de ajustarse al plazo previsto: una asamblea en enero, aunque no descartan un adelanto "técnico" de unas semanas. Los críticos con la coordinadora de Luís Villares, que cuenta con mayoría en el Consello das Mareas, amenazan con impulsar un proceso para tumbarla y forzar esa renovación si no se activa la celebración de esa asamblea "de forma inmediata".

La segunda fuerza política de Galicia mantiene la guerra interna abierta en abril del año pasado, cuando Villares rompió con sus hasta entonces socios para aliarse con los sectores minoritarios y sortear el veto de los primeros a su condición de portavoz, a pesar de haber asumido esa circunstancia en su programa electoral interno.

Desde entonces, los ahora críticos dejaron de acudir a las reuniones del Consello das Mareas, el máximo órgano del partido, y quedaron fuera de la coordinadora, al tiempo que comprobaron su incapacidad para tumbar a Villares.

A comienzos de mes, la Mesa da confluencia impulsada por el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, acordó solicitar "pluralidad" interna para evitar el desplome de En Marea, iniciativa a la que se unieron las fuerzas del alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro (Marea Atlántica), y el de Ferrol, Jorge Suárez (Ferrol en Común), así como Anova, EU y Podemos.

El jueves, este foro se reunió para elevar la presión sobre Villares y urgir el adelanto de las elecciones internas para alejarlas lo máximo posible de los comicios municipales de mayo "claves para el futuro de la unidad popular en Galicia".

"El mandato del actual Consello está agotado y su renovación es el único camino para un relanzamiento de En Marea. En este sentido, si no activase su renovación inmediata, existirían motivos para buscar otras vías como las del revocatorio", justifican en un comunicado conjunto Anova, EU, Podemos, Marea Atlántica, Ferrol en Común y Compostela Aberta, quienes destacan la necesidad de "revertir la deriva destructiva" de En Marea. "No podemos obviar cómo las divisiones están minando el proyecto, con la bajada en las expectativas electorales que auguran las encuestas", añaden.

Fuentes de la coordinadora de En Marea dudan de la capacidad de los críticos para tumbar a la dirección actual, pues sostienen que esa opción solo es posible en un plenario y que el proceso revocatorio está establecido para cargos individuales, no para la cúpula entera.

Los estatutos establecen la opción de forzar la revocación de un cargo del Consello mediante dos vías: "previa solicitud de un 10% del plenario o por mayoría cualificada de los miembros de la Comisión de coordinación podrá someterse a consideración del censo de adscritos la posibilidad de revocación por pérdida de confianza de alguno de sus miembros".

La coordinadora de En Marea ya rechazó hace dos semanas a la propuesta de Compostela Aberta de negociar una mayor integración de las "sensibilidades" internas al descartar mesas "de notables" frente al debate en el plenario ante las bases. La previsión de la dirección es fijar la fecha del próximo plenario en una reunión del Consello das Mareas a finales de este mes o comienzos de septiembre.