Los cazadores de ballenas japoneses capturaron 177 ballenas en el marco de una expedición estival de tres meses en el océano Pacífico, desarrollada a pesar de las críticas a nivel internacional. Japón, que continúa la caza de estos cetáceos en el ámbito de un programa de investigación científica, aboga desde hace años por una flexibilización de la moratoria internacional instaurada en 1986.

Las autoridades japonesas tienen previsto presentar una demanda para lograr la reapertura parcial de su caza comercial durante la celebración de la próxima reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), prevista en septiembre en Brasil.

En la misión en el Pacífico, tres balleneros nipones capturaron 43 ballenas minke y 134 rorcuales comunes (ballenas de aleta) durante los 98 días que duró la campaña, según anunció la Agencia de Pesca Japonesa. "Los datos se analizarán y se presentarán al comité científico de la CBI, lo que permitirá mejorar los conocimientos científicos para la conservación y gestión de los recursos cetáceos", dijo la agencia en un comunicado.

El país nipón intenta demostrar que la población de ballenas es lo suficientemente importante como para permitir la reapertura de la caza comercial, que en la actualidad solo practican Noruega e Islandia.