El parque inmobiliario gallego se hace mayor. Ya se acerca a los cuarenta pero todavía le quedan unos cuantos años para llegar a los 45 de la media nacional y sobre todo, en comparación con ciudades como Barcelona o Pamplona, donde los inmuebles superan la edad de jubilación para una persona. La desaceleración del ritmo de construcción desde la boom del ladrillo hizo caer el número de obras de edificios residenciales a mínimos históricos en 2016 con 890 inmuebles nuevos. Pese a que con la recuperación durante el año pasado se elevó la cifra hasta el millar de inmuebles, aún se quedaba un 88% por debajo de los más de 7.900 de hace una década, el valor más alto en este siglo. Eso explica que según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), del millón de viviendas registradas en la comunidad, el 7% tiene menos de una década de antigüedad, mientras que la mayoría -el 45,6%- oscila entre los 20 y los 50 años y un tercio incluso supera el medio siglo. Por eso, la edad media de los edificios en las capitales de provincia gallegas se sitúa en los 36 años tanto en el caso de las viviendas en venta como en régimen de alquiler, un 20% menos que los 45 años de la media nacional para las que se venden y que los 44 para las que se alquilan, según un estudio del portal Idealista.

Otro informe del Observatorio de Vivienda y Suelo -órgano dependiente del Ministerio de Fomento- recoge que el número de hogares que viven como inquilinos supone una quinta parte del total pese al repunte de prácticamente otro 20% en el periodo 2004-2016 que analiza el estudio. Además, recoge que cuatro de cada diez pisos en alquiler en Galicia fueron construidos antes de 1980, es decir, superan los 40.

Aún así, hay diferencias entre las ciudades. En los inmuebles en venta, los de menor antigüedad son los de Lugo con 32 años, a los que le siguen los de Pontevedra con 34, Ourense con 38 y A Coruña, que ya alcanza los 40. El mismo orden se da con las viviendas en alquiler con 31 años de media los que se anuncian en la urbe lucense, frente a los 36 que tienen los pisos que se alquilan en Pontevedra y los 39 tanto de A Coruña como de Ourense.

Destaca el caso de Lugo, que de las 50 capitales de provincia españolas, es la segunda ciudad con el parque inmobiliario más moderno con 32 años para las que están a la venta, solo por detrás de los inmuebles de Albacete, que de media cuentan con 31 años respectivamente. En cuanto a los edificios que se rentan, los de la ciudad lucense son los terceros más "jóvenes" con 31 años, uno más que los 30 de nuevo de Albacete y los 29 de Ciudad Real, los únicos que bajan de la treintena en toda España.

En el otro extremo se sitúa Barcelona, que en el mercado de venta es la ciudad con las viviendas más antiguas, con una media de 69 años. Le siguen tres las urbes de Pamplona y San Sebastián con 64 y 60 años respectivamente. En cuanto al alquiler, también en Barcelona se concentran los pisos más antiguos, con un promedio de 72 años. El podium lo completan San Sebastián con 68 años y Madrid con 56.

Los datos reflejan que el parque inmobiliario español "no está suficientemente renovado", según el jefe de estudios de Idealista, Fernando Encinar, que incide en el mayor coste que conlleva vivir en un edificio de más de cinco décadas por reformas, derramas y una mala eficiencia energética. Por eso, avisa de la necesidad de aumentar la construcción en las zonas con los pisos más antiguos para solventar una "necesidad acuciante" de vivienda.

En Galicia el ritmo de construcción de obra nueva siguió una caída sin precedentes en la última década, salvo la tímida recuperación del año pasado. Pero tampoco se reactivó la rehabilitación de inmuebles para poder así modernizar el parque de viviendas. En este sentido, el número de calificaciones de rehabilitación el año pasado no llegó al centenar, un porcentaje casi anecdótico respecto a las más de 46.000 registradas por el Ministerio de Fomento en toda España.