El 6 de noviembre de 1985, la Xunta inauguraba el edificio múltiple que se concibió para albergar todas las consellerías del Gobierno autonómico. El día anterior, el Ejecutivo presidido por Albor ofreció una fiesta a los 250 trabajadores que participaron en la remodelación del complejo, valorada en 2.000 millones de pesetas de la época y con una superficie de 40.000 metros cuadrados.

En la actualidad son bastantes menos, un total de 45, los obreros que trabajan para "adecentar", como aseguró en su momento el actual vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, la sede institucional más representativa de la Administración gallega y por un precio que ronda la mitad de aquel entonces (6 millones de euros). El objetivo es ponerla al día con los deberes de eficiencia energética.

Y si un inmueble cualquiera requiere de andamiajes para que los trabajadores puedan desplazarse por las paredes, las cifras que maneja la Xunta para el lavado de cara de sus principales dependencias demuestran lo complicado del trabajo. Según la Consellería de Presidencia, en la actualidad hay instalada una superficie de 17.500 metros cuadrados de andamios, que se reparten entre los edificios de la Consellerías de Educación, Presidencia, Facenda y la galería que conduce a las dependencias de Medio Rural.

La misión que ha centrado los esfuerzos durante el verano y que prosigue en la actualidad es la rehabilitación de la cubierta del edificio de la Consellería de Facenda, así como la sustitución de ventanas, rehabilitación de fachadas e inicio de mejora de la iluminación en la Consellería de Educación. El departamento dirigido por Román Rodríguez está a punto de estrenar la ya casi renovada cubierta.

En 1985, el complejo se estrenó pensando en cifras ambiciosas, de entre 1.500 y 1.700 empleados públicos, aunque en la actualidad los inmuebles situados en San Caetano acogen a más de dos mil. Casi tocan a ventana por cabeza. Al menos, el objetivo declarado en las obras para mejorar la eficiencia energética incluye la previsión de que se reemplacen 1.125 ventanas.

La cifra se relativiza cuando se compara con la cantidad de bombillas que pasarán a la historia reemplazadas por tecnología led. En este caso la actualización supondrá más de 3.744 luminarias nuevas, 314 lámparas para estrenar y hasta un total de 657 sensores para el control de encendido.

La propuesta busca además actuar sobre las cubiertas sustituyendo las tejas para mejorar la impermeabilización y aislamiento, la restauración y mejora de la envolvente con limpieza de cantería, tratamiento de cornisas e implantación de un sistema de aislamiento térmico por el exterior o la mejora de la climatización en la bajo cubierta del edificio central con la instalación de dos bombas de calor y de otro sistema de renovación de aire. La Xunta calcula que los retoques supondrán un ahorro anual de 96.000 euros en la factura eléctrica.

Cuando Gerardo Fernández Albor inauguró San Caetano, destacó que el complejo estaba destinado a convertirse "en el corazón y en el cerebro mismo del proceso de modernización" de la comunidad gallega. Esos órganos a los que aludía el primer presidente del Ejecutivo autonómico no dejan de crecer: la Xunta ya ha adjudicado el contrato para redactar el proyecto de la Cidade de San Caetano, que supondrá integrar como una parte más la actual estación de autobuses.