El día 8 del mes que viene se cumplirá un año de la victoria de Gonzalo Caballero en las primarias por liderar el PSdeG y, de momento, mantiene aplazada su llegada al Parlamento gallego como escenario de proyección de su figura y su alternativa al PP de Alberto Núñez Feijóo, que solo depende de la dimisión de un diputado socialista por Pontevedra. El secretario xeral del PSdeG vinculó ayer a una decisión colectiva ese paso adelante, cuyo plazo no concretó. "En los próximos meses veremos cuál es ese momento adecuado e idóneo y asumiré las responsabilidades que correspondan, si es como parlamentario gallego será todo un honor y así lo haré cuando la organización lo decida", respondió a la prensa sobre una cuestión que genera controversia en el interior de su formación.

Poco después de su elección como jefe de los socialistas gallegos, Caballero descartó una entrada inmediata en la Cámara para centrarse en rearmar un partido fracturado en guerras internas y que sumaba año y medio sin liderazgo tras la dimisión de José Ramón Gómez Besteiro, y mantuvo su trabajo como profesor de economía en la Universidade de Vigo.

Ayer defendió de nuevo compatibilizar su puesto con su tarea política y definió como una "visión más tradicional" considerar la Cámara como "casi el único lugar en el que se puede hacer una alternativa para promover a alguien para presidir la Xunta". "Hay distintas vías para alcanzar un proyecto de cambio. Soy un instrumento de mi organización, sigo como profesor en la universidad... Porque también creo que la política se puede hacer de formas distintas, mostrando al país el compromiso de un ciudadano que tiene la capacidad de desarrollar su vida con su trabajo de forma ordinaria y de trabajar en la política como un servicio público", alegó, informa Europa Press.

En el partido, sin embargo, no existe consenso sobre esta decisión y el runrún crece a medida que avanza el tiempo, especialmente tras el giro de la política estatal de junio que supuso la moción de censura que aupó al socialista Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno.

Muchas voces dentro del PSdeG reconocen en privado no entender la negativa de Caballero a acceder al Parlamento, que depende solo de su voluntad, pues una dimisión de un diputado socialista por Pontevedra le dejaría el sitio libre -fue quinto en la lista y el PSdeG logró cuatro actas provinciales-. Ya le han ofrecido esa opción.

Los partidarios de que se convierta en diputado argumentan que el líder del PSdeG debe aprovechar la proyección mediática que le ofrece un escaño y enfrentarse cada dos semanas a Feijóo en el turno de preguntas al presidente, en el que participan los máximos dirigentes del resto de la oposición y excandidatos a la Presidencia de la Xunta en 2016: Luís Villares (En Marea) y Ana Pontón (BNG).

Renunciar a esa posibilidad supone perder una baza para revitalizar también internamente al PSdeG, tercera fuerza parlamentaria con los mismos escaños que En Marea pero menos votos, en un período previo a las municipales de mayo en que testará su estado. Además, el inicio del curso político resulta propicio para ese movimiento, aprovechando el viento de cola desde una Moncloa socialista.

Pero esa decisión también tendría consecuencias sobre la vida de Caballero, que debería dejar su puesto en la universidad y estudiar si puede retomarlo en caso de que finalice su periplo político.

De momento, aguarda y anuncia una oposición "dura y contundente", según expuso tras presidir la reunión del grupo parlamentario del PSdeG después de las vacaciones. Muestra de su contundencia fue su crítica a la próxima remodelación de la Xunta para dar salida a los conselleiros Beatriz Mato y José Manuel Rey como candidatos a alcaldes en A Coruña y Ferrol. "Nadie va a echar de menos a ningún conselleiro porque la mayoría de la población ni los ve ni conoce su gestión", espetó.