Galicia y cinco autonomías más exigen una nueva financiación autonómica pactada por todos, pero también esbozan por dónde debe ir el nuevo modelo, y cuestión vital es que las comunidades deben recibir más dinero. Además, el futuro sistema debe garantizar "niveles similares de servicios públicos en todas las comunidades", es decir, que no haya mejor sanidad o educación en las comunidades más ricas.

Y ninguna comunidad podrá perder posiciones con respecto al actual modelo. Dicho de otro modo, si una era la cuarta comunidad que recibe más recursos por habitante, no podrá bajar de ese puesto.

El frente autonómico también exige al Gobierno central que a partir de ahora no puede aprobar leyes o decretos que incrementen el gasto de las autonomías, sin dotarlas de los fondos necesarios. El objetivo es no repetir el caso de la Ley de Dependencia. La aprobó el Gobierno de Zapatero, la propia ley establece que el 50% del dinero lo pone el Estado, pero lo cierto es que en Galicia, la mayoría de la financiación la otorga la Xunta.

Galicia y cinco autonomías más quieren aprovechar la nueva reforma para impulsar "una ordenación sobre unas bases comunes de la regulación de los tributos cedidos" para evitar la competencia desleal entre comunidades, por ejemplo con supresiones o rebajas del impuesto de sucesiones. Y demandan al Gobierno de Sánchez "igualdad de trato para todas" , si piensa condonar la deuda de las autonomías.

También plantean una mayor dotación para el Fondo de Compensación Interterritorial, el fondo destinado a las comunidades con menos posibilidades económicas.