Marcar un número de teléfono móvil, responder a una llamada telefónica, leer o contestar un WhatsApp, manipular el navegador GPS o usar las redes sociales supone apartar la vista de la carretera durante un tiempo en el que el vehículo circula sin control y pueden surgir circunstancias que provoquen un accidente grave. Así, alerta la Dirección General de Tráfico (DGT) en su nueva campaña de la peligrosidad de las distracciones al volante, ya que el uso del móvil durante la conducción puede equipararse a conducir bajo los efectos del alcohol y cuadriplicar el riesgo de sufrir un siniestro en la carretera. Las distracciones están detrás de un tercio de los accidentes de circulación en las vías interurbanas. Eso ocurre porque más de la tercera parte de los automovilistas españoles reconoce haber llamado por teléfono además de leer o escribir mensajes en el último año mientras conducían.

En la lucha contra este tipo de accidentes, la Guardia Civil de Tráfico ha interpuesto en Galicia entre enero y agosto de este año un total de 5.151 multas por uso indebido del móvil, lo que supone una media de 644 al mes y más de una veintena al día. Las infracciones de este tipo pueden acarrear sanciones de 200 euros y la pérdida de tres puntos del carné. Desde que se implantó el permiso por puntos en 2006, una de cada diez sanciones estuvieron relacionadas con estos despistes, que ocupan el tercer puesto, solo por detrás del exceso de velocidad, que acapara casi la mitad de las multas, y en segundo lugar, no llevar puesto el cinturón, que conlleva el 11% del total.

Más del 94% de las infracciones por despistes están vinculadas a la utilización del teléfono móvil, una incidencia que deja en los 12 años que lleva el carné por puntos en vigor más de 131.000 multas.

Debido al peso de las distracciones en la accidentalidad la DGT realiza esta semana una nueva campaña de vigilancia y concienciación sobre este tema en colaboración con voluntarios de la Asociación de Personas con Lesión Medular y otras Discapacidades Físicas (Aspaym) que acompañarán a los agentes de la Guardia Civil, encargados de realizar los controles, para concienciar a los conductores de los riesgos de estos descuidos. La iniciativa parte de la Organización Internacional de Policías de Tráfico (Tispol) y podrán sumarse todas las policías municipales y de comunidades.

En el caso de Galicia, la campaña se extiende a toda la comunidad, de forma que se reforzarán los controles en los tramos de mayor peligrosidad en las carreteras convencionales, que concentran casi el 90% de los fallecidos en accidentes de tráfico en la red viaria gallega. Patrullas integrales de motoristas de la Guardia Civil de Tráfico equipados con etilómetros y lectores de drogas portátiles y un cinemómetro láser ligero realizarán controles de velocidad, alcohol y drogas de manera autónoma. Los paneles de señalización y las pantallas de los vehículos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil advertirán a los automovilistas de la existencia de los controles, en un intento de recordar que la distracción y la velocidad es "un binomio que aumenta el riesgo en la carretera". El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, participó ayer en la presentación de la campaña con la responsable de la DGT en Galicia, Victoria Gómez; el jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Javier Molano; y la responsable de Aspaym Galicia, Isabel Díaz.

Losada advirtió de que con esta iniciativa se busca que los conductores sean "conscientes" de que con un gesto "sencillo y habitual" como contestar al móvil, sintonizar la radio o encender un cigarrillo puede "costar un siniestro" y, por tanto, -añade- "costar la vida". Va más allá y pone cifras a la peligrosidad de las distracciones al volante. Por ejemplo, señala que en un segundo a 120 kilómetros por hora se recorren 34 metros, por lo que el tiempo de marcar un número de teléfono en el móvil puede suponer desplazarse más de 440 metros sin tener la vista ni la atención puestas en la carretera, una longitud similar a la de cuatro campos de fútbol. Otro ejemplo: la distancia recorrida sin mirar la vía mientras se enciende un cigarrillo alcanza los 130 metros, más que un campo de fútbol siguiendo el símil anterior.

La DGT también alerta de que tras un minuto y medio de hablar por el móvil -incluso con el manos libres- el conductor deja de percibir el 40% de las señales, su velocidad media baja un 12%, se acelera el ritmo cardíaco y se tarda más en reaccionar.

Además de las distracciones, Tráfico señala también el sueño y la fatiga como causas importantes de la siniestralidad viaria, sobre todo en colisiones por alcance, salidas de vía o invasiones del carril contrario. Por eso, para evitar los despistes ya sea por usar móviles u otros dispositivos o por cansancio, desde la DGT recomiendan dormir bien, no ingerir alcohol, no hacer comidas copiosas antes de conducir, controlar los efectos si se toma alguna medicación, programar la radio, la música y el GPS antes de arrancar o hacer paradas cada dos horas en viajes largos. Y sobre el móvil, solo usarlo para emergencias y, siempre con el vehículo parado y fuera de la calzada.