Tener un vecino moroso es un contratiempo para la comunidad. En muchos casos impide la realización de obras en el edificio y en algunos, dependiendo de la cuantía de la deuda, puede provocar la quiebra de esa comunidad. Sin embargo, la situación mejora.

Las comunidades de propietarios de Galicia redujeron en 2017 su morosidad por tercer año consecutivo, hasta los 68 millones, aunque sigue siendo un nivel de deuda "inadmisible" y que "dificulta el normal funcionamiento" de los vecindarios, aseguran fuentes de los administradores de fincas.

El nivel de impago cayó el año pasado un 4,3% en Galicia con respecto al ejercicio anterior, según el Estudio global sobre morosidad en comunidades de propietarios de España correspondiente a 2017, elaborado por el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (Cgcafe). Es la tercera mayor caída a nivel nacional solo superada por la de Asturias (5,7%) y la de Aragón (4,7%).

Haz click para ampliar el gráfico

En 2016, la morosidad descendió en Galicia un 8,9% y un año antes, un 3,7%. En 2014 se alcanzó el mayor importe que los dueños de los pisos debían a su comunidad: 81 millones. Desde entonces ha bajado un 16%.

Detrás de este descenso hay varias razones. La mejora de la economía ha provocado que muchos vecinos abonen la deuda que tenían con su comunidad y, en muchos casos, hasta cancelarla. Una situación que seguirá durante este año, según los administradores de fincas.

También ha influido la reforma de la Ley de Propiedad Horizontal que permitió a las comunidades reclamar impagos de hasta cuatro años de antigüedad. La reducción de ejecuciones hipotecarias y que la cartera de viviendas en manos de los bancos disminuye también afecta a esta mejoría.

Pese a ello, durante el pasado año, el 38,4% de las comunidades gallegas aún tenían morosos y el importe medio de la mora en cada una era de 1.065 euros de media. Eso sí, 45 euros menos que dos años antes.

Los morosos son de dos tipos. En primer lugar, personas físicas que atraviesan por problemas económicos, vecinos enfadados o que están inmersos en conflicto con otros propietarios o con la comunidad y que dejan de pagar las cuotas correspondientes o las derramas que se realizan para cubrir gastos imprevistos o reformas en el edificio. De los 68 millones de deuda que había en Galicia el año pasado, el 86% (54,8 millones) correspondía a este grupo.

El 14% restante (13,8 millones) era de las entidades bancarias que durante la crisis económica acumularon numerosas viviendas que procedían de embargos y desahucios y de las que les cuesta desprenderse debido al parón de la compraventa de pisos. El porcentaje de comunidades donde la banca posee pisos en propiedad alcanza aún el 15,9%.

Al igual que la deuda general, la morosidad bancaria también disminuyó en 2017. Lo hizo un 4,53%. La previsión es que en 2018 la cifra vuelva a descender debido a la disminución de los activos inmovilizados de las entidades.

Esta mejora ya se empieza a notar en las comunidades de propietarios, algunas de las cuales llegaron a tener más del 50% de sus propietarios morosos en los peores años de la crisis.

Andalucía (308 millones), Cataluña (248) y Madrid (218) son las comunidades con la morosidad vecinal más alta. En el lado contrario se sitúan La Rioja (11 millones), Navarra (18) y Cantabria (21). Galicia ocupa la séptima posición con 68 millones, pese a que en 2017 fue la tercera en la que más bajó.

El descenso de la morosidad a nivel autonómico también se ha trasladado al ámbito provincial. A Coruña, con 30 millones, es la provincia gallega con la cifra más alta. También fue en la que menos bajó la cuantía: un 3,7%.

Le siguen Pontevedra con 20 millones y un descenso del 5,1%, el mayor de las cuatro; Lugo con 9 millones y una caída del 4,1%, y Ourense con 8 millones y una bajada del 5%.

En España, la deuda de los dueños de las viviendas con las comunidades de propietarios alcanzó los 1.600 millones durante 2017, un 3,8% menos que un año antes.