La Asociación Profesional de Detectives Privados de España es el colectivo que más profesionales aglutina en todo el país, alrededor de 350 personas. Desde 2017 preside la asociación Enrique Hormigo Julio (Madrid, 1962) abogado, detective privado, y experto en la detección psicofisiológica del engaño a través de uso del polígrafo.

-¿Son personas de sombrero, gabardina y un periódico con agujeros?

-Huimos de esa imagen, la queremos quitar como sea. Somos personas de carne y hueso alejadas de la imagen cinematográfica o literaria de lo que nos quieren dar. Somos profesionales dedicados a la investigación privada y usamos otra parafernalia diferente, modernizada. Somos invisibles ante el resto de los ciudadanos, es más, nadie puede diferenciar quién es el detective del que no lo es. Nos mimetizamos con el medio en el que estamos por lo que el sombrero, la gabardina y el periódico no tendrían ningún sentido.

-¿Llevan pistola?

-Quien lleve armas no es por su condición de detective, sino en base a que ha estado amenazado u otra circunstancia. Es independiente de nuestro ejercicio.

-¿Qué investigan?

-Principalmente asuntos económicos, laborales o fraudes a aseguradoras. Temas que se traducen de una u otra manera en la economía de las personas o empresas.

-¿Y las infidelidades de pareja?

-Es una leyenda urbana. Esos temas constituyen apenas un diez por ciento de nuestra franja de servicios. De hecho, a nivel familiar abundan más los asuntos relacionados con modificación de medidas o convenios reguladores tras un divorcio. Por ejemplo, que su pareja está trabajando, pero dice que no para no pasar la pensión o en lo relativo a la custodia de sus hijos. Al final, casi todo se traduce a nivel económico.

-¿Hay padres que espían a sus hijos?

-Eso está dentro del ámbito familiar. Hay un porcentaje, no muy elevado, de asuntos familiares encauzados a determinar el comportamiento de los hijos para corregir determinados comportamientos.

-¿Los avances tecnológicos facilitan su labor?

-La tecnología ayuda muchísimo, no tiene nada que ver con los medios que existían antes. Hay redes sociales y elementos tecnológicos que facilitan nuestra labor, pero también la dificultan porque todos esos elementos están a ambos lados, también a disposición de quien quiera cometer un fraude.

-¿Sus investigaciones tienen plena credibilidad ante un juez?

-Plena credibilidad. Según la legislación vigente, somos testigos cualificados, de tal forma que no se puede hacer impugnación o tacha de testigo por motivo de interés en el asunto. La testifical, nuestra declaración, solo versará sobre lo aportado del informe. Sin salir de ahí. El informe que nosotros elaboremos es de absoluta importancia y de total validez ante los tribunales de Justicia.

- ¿Tienen problemas de intrusismo?

-Muchísimo. Esta profesión requiere tres años de estudios universitarios y, después, se necesita una autorización administrativa, una licencia expedida por la Dirección General de la Policía. Hay muchísima gente que tiene la ocurrencia de empezar a seguir a alguien y, la verdad, que hay mucho intrusismo. La gente debe saber que esos informes no solo no tienen validez, sino que contratar a un personaje de estos que se hacen pasar por detectives puede suponer incurrir en responsabilidades civiles, penales y administrativas.

-¿Se llevan bien con la Policía?

-Tenemos caminos independientes. Investigamos conductas o hechos relativos al ámbito económico, financiero, laboral, mercantil y, en general, a la vida personal, familiar y social dentro del ámbito civil. También podemos investigar delitos perseguibles a instancias de parte, como injurias calumnias. En lo penal, en cambio, no podemos interferir en la acción policial, aunque sí podemos investigar las circunstancias que rodean ese delito.

-Explíquese.

-Por ejemplo, una persona a la que se imputa un determinado delito. Nosotros no vamos a investigar ese delito, pero sí investigar y lograr pruebas que demuestren que esa persona no estaba en el lugar de los hechos en un determinado momento como parece. Pero las relaciones con la policía son buenas y hay una colaboración bidireccional.