Cinco años y medio de prisión y el pago de 4.320 euros de multa por un incendio que quemó algo más de una hectárea de terreno en la localidad ourensana de Os Blancos el 15 de octubre de 2017, el día de la oleada de fuegos que redujeron a cenizas casi 50.000 hectáreas de monte en toda Galicia.

Esta es la petición de condena que formula la Fiscalía para Miguel Ángel M.N., un vecino de Vigo acusado de causar un incendio forestal en una finca familiar aquel domingo de hace casi un año.

Este hombre de 56 años, que posteriormente alegaría que él únicamente hizo un fuego "muy pequeño" para "asar un chorizo", fue el primero y único de los investigados por los incendios de ese fin de semana negro y que llegó a ingresar en prisión provisional, situación en la que estuvo más de un mes hasta que quedó en libertad previo pago de 2.500 euros de fianza. El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial de Ourense.

La fiscal atribuye a este hombre, natural de Rairiz de Veiga (Ourense) y funcionario en un juzgado de Instrucción de Vigo, un delito de incendio forestal. En el relato que realiza en su escrito de calificación provisional señala que a las 13.40 horas de aquel día 15 de octubre, "con un instrumento adecuado para ello que portaba previamente", prendió fuego en una finca propiedad de su mujer en Os Blancos. "El acusado prendió fuego pese a existir condiciones climatológicas favorables a la propagación debido a las altas temperaturas reinantes", esgrime el escrito.

En referencia a estas circunstancias, el Ministerio público concreta que había 27,65ºC de temperatura y la velocidad del viento era de 26,39 kilómetros por hora, con ráfagas de 18,22 y una humedad relativa de 28. Asimismo, agrega que el Índice de Riesgo Diario de Incendio (Iridi) era "extremo". Junto a ello, la Fiscalía añade que "existió un grave peligro para la vida de las personas, dada la proximidad del incendio a los núcleos de población", estando las viviendas "a unos 300 metros del lugar de inicio" y una granja de pollos con actividad "a 250 metros".

Ya concretamente sobre el fuego, describe que como consecuencia de las "favorables condiciones meteorológicas" se propagó y afectó a una superficie de 1,20 hectáreas, la mayoría de arbolado y una pequeña parte de monte raso. La fiscal relata que el fuego se apagó gracias a la labor del Servicio de Extinción de Incendios de la Xunta, ascendiendo los gastos de extinción y los daños ocasionados a 947 euros, cuantía con la que solicita que este vecino de Vigo indemnice al Gobierno autonómico. El incendio afectó a las fincas de cuatro propietarios que renunciaron al ejercicio de acciones civiles y penales contra el acusado.

El delito de incendio forestal que atribuye la acusación pública es el tipificado en los artículos 352 y 353 del Código Penal. Aprecia una "especial gravedad" al estimar que concurren dos circunstancias: la de que el fuego fue en una zona próxima a núcleos de población y en un momento en el que las condiciones climatológicas o del terreno incrementaban "de forma relevante" el riesgo de propagación del mismo.

Miguel Ángel fue el primer detenido por los incendios de octubre de 2017. Tras su arresto y el ingreso en prisión decretado por el juzgado de Instrucción de Xinzo de Limia -fue la Audiencia de Ourense la que algo más de un mes después decretó la libertad provisional a raíz del recurso de su abogado-, la Junta de Personal de Administración de Justicia de Pontevedra salió en su defensa y pidió que no fuese señalado "como cabeza de turco para desviar la visión de los graves fallos del Gobierno gallego por una nefasta política contra los incendios y de protección de nuestros montes". El movimiento ecologista, al que pertenece, también se solidarizó con él, señalando que era un "chivo expiatorio". Ahondaron en que lo ocurrido fue una imprudencia, y no algo premeditado, ya que el acusado no era consciente de la situación meteorológica de ese día e hizo además lo que pudo para controlar el fuego. Junto a él, hubo otros investigados por incendios de ese día en Mos, Gondomar, Meis o Brión.