Hace unos días, en el I Congreso Internacional Noroeste de Altas Capacidades cuyo comité científico presidía, la psicóloga Carmen Pomar, una experta reconocida en el campo de la atención a los alumnos superdotados, compartía mesa e imágenes institucionales con Román Rodríguez, a quien está llamada ahora a suceder al frente de las responsabilidades de Educación. El de la enseñanza es un mundo que conoce muy de cerca. De hecho, en esas mismas jornadas no faltaron ocasiones para que explicase cómo entiende este ámbito, como cuando señaló que "la educación en sí es inclusiva, la educación en sí es o debe ser emocional siempre; cuando un alumno fracasa no es por falta de capacidades es por falta de motivación". Su conferencia precisamente versó sobre El talento en las aulas: retos para una educación inclusiva.

Carmen María Pomar Tojo, de la que personas que la conocen profesionalmente destacan su capacidad de trabajo, nació en Santiago en 1970 y se licenció en Psicología, con el premio extraordinario de fin de carrera y del trabajo de licenciatura. Pasó por La Rioja o la Universidad de Virginia y, desde 2003, es profesora en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidade de Santiago, donde ejerce como docente en las facultades de Educación y de Psicología y se encarga del Aula de Altas Capacidades, materia en la que está especializada. Entre otras funciones vinculadas a este rol, es directora académica del Proyecto Piteas de la Fundación Barrié y la Xunta para identificar y desarrollar el talento. Ha escrito un libro, El triángulo mágico de las altas capacidades, destinado al profesorado gallego.

Esta psicóloga y profesora, que asegura "amar" su trabajo y que no es militante del PP, concibe que en educación "hay un triángulo fundamental e imprescindible, formado por teoría, investigación y práctica".