Un mes, el de julio, fue suficiente para que las comunidades abandonaran los números rojos en los que estaban desde el comienzo del año. Nueva de ellas están en superávit. Ingresan, por tanto, más de lo que gastan. Y en una cantidad lo suficientemente grande como para que el conjunto de las comunidades arroje un saldo positivo de 681 millones, equivalentes al 0,06% del Producto Interior Bruto (PIB).

Los objetivos de estabilidad marcan para este 2018 un máximo del 0,4% del PIB. ¿Quiere decir esto que van a cumplir? Ni mucho menos. Queda todavía mucho tiempo para completar los presupuestos y tanto el desembolso de algunas partidas como la entrada en caja de otras no se repiten al mismo ritmo todos los meses, ni siquiera en el mismo momento de cada año. Pero la comparación invita a cierto optimismo.

A estas alturas de 2017, las comunidades acumulaban un déficit de 955 millones, el 0,08 del PIB. Galicia fue entonces, como ya otras muchas veces antes, una excepción. Su superávit en julio del pasado año alcanzaba el 0,1% del su PIB. Ahora crece hasta el 0,31% gracias a la sustancial mejora de los ingresos, especialmente de lo que recibe del Estado por el IVA y de lo que recauda directamente por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.

Entre enero y julio, los ingresos de la Xunta alcanzaron los 5.720 millones tras un incremento del 5,5%. Son casi 300 más que en el mismo periodo de 2017. Los gastos se quedaron en 5.521 millones, lo que supone un alza del 3% (161 millones), según los datos publicados ayer por el Ministerio de Hacienda.

El equilibrio de las cuentas gallegas -un superávit de 199 millones- tiene mucho que ver con la recaudación fiscal. Sobre todo, por dos tributos. El IVA está en récord. Hasta agosto, como dio a conocer también ayer la Agencia Tributaria, su aportación en la comunidad se disparó casi un 17%. ¿Cuánto más está recibiendo este año la Xunta a cargo del principal impuesto ligado al consumo? El ascenso entre enero y junio de las transferencias del Estado por este concepto fue del 6,2%, con 60 millones de euros. Los otros gravámenes que están impulsando la caja del Ejecutivo autonómico son los del capital, básicamente el de Sucesiones y Donaciones: 144 millones de euros hasta julio, con un incremento del 108% (75 millones).

Hacienda destaca también el alza un 13,6% de las entregas a cuenta por el Fondo de Garantía, los "mayores recursos" procedentes de planes europeos y el impuesto de matriculaciones, que aumenta en 14 millones de euros.

El único capítulo del gasto que sufre un descenso considerable es de los intereses de la deuda, un 11% por debajo de 2017, lo que permite ahorrar 12 millones.