José González fue quizás el más breve en su primera intervención tras jurar el cargo como conselleiro de Medio Rural, pero tras unas palabras de agradecimiento a su familia, sintetizó su ambición. "El objetivo es conseguir un cambio de mentalidad: que la gente del rural se sienta orgullosa de vivir en el rural", proclamó.

Esa meta partió de algún comentario escuchado en su zona natal, en la que, junto a sus hermanos, impulsó el crecimiento de la bodega O Ribeiro Casal de Armán, fundada por su padre. "Soy de la comarca de O Ribeiro y escuché a muchos padres y abuelos decirle a los jóvenes que si no estudiaban, tendrían que ir a las viñas. Es verdad que tienen que estudiar, pero desde siempre estuve comprometido con el objetivo de conseguir que esa mentalidad cambiase y que la gente del rural estuviese orgullosa de vivir en el rural", expuso.

Su argumento se centra en la necesidad de desarrollar la potencialidad del sector vitivinícola como una de las palancas para fijar población en el rural y revitalizar las áreas no urbanas.

Licenciado en Derecho e inspector de Hacienda desde 1997, vive entre Vigo y su zona natal y es quizás el nombramiento de Feijóo para su alineación de conselleiros con menos bagaje político, pues debutó esta legislatura como diputado. Pero el propio presidente destacó que se ha convertido en un "puntal" del grupo del PP, en el que consiguió sellar un acuerdo con el PSdeG sobre las recetas para luchar contra los incendios tras los trabajos de la comisión creada con motivo de los fuegos de octubre de 2017 en los que murieron cuatro personas y ardieron 50.000 hectáreas en tres días.

La lucha contra el fuego será una de las claves de bóveda de su tarea en los dos años restantes de legislatura, pero también el impulso de un sector primario con problemas por el precio de la leche o para encontrar relevo generacional. La Xunta prometió crear 3.000 empleos en este ámbito hasta 2020.

González, además, deberá afrontar una de las tareas más ambiciosas del Ejecutivo para esta legislatura, aunque menos vistosas de momento. Se trata de una nueva parcelaria para permitir el aprovechamiento de 330.000 hectáreas -la mitad de la superficie útil de la comunidad-, una iniciativa lanzada por su antecesora y que supondría un cambio de modelo en una comunidad minifundista.