El Gobierno central evitó ayer concretar su postura sobre la transferencia a Galicia de la titularidad de la Autopista do Atlántico (AP-9) y vinculó esa cesión a fijar una postura aplicable a todas las comunidades con demandas similares. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, sí descartó el rescate de la concesión, que caduca en 2048, dado los gastos "tremendamente onerosos" que supondría. Con respecto a la conexión con Madrid mediante tren de alta velocidad (AVE), se comprometió a mantener los plazos establecidos por el anterior Ejecutivo del PP: finalización de obras en 2019 y previsión de entrada en servicio un año después si se superan las pruebas de seguridad. También blindó la igualdad de trato entre los corredores ferroviarios Atlántico y Mediterráneo.

Estas cuestiones centraron el encuentro que mantuvieron en Santiago Ábalos -que horas antes se había reunido con el alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero- y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que esperaba la reunión desde su entrevista con el presidente Pedro Sánchez,en julio. El dirigente gallego aseguró que la "prolija" lista de asuntos, en palabras del ministro, que abordaron respondían a las mismas demandas que habían planteado a las administraciones anteriores. En el pasado, Feijóo justificó la negativa del Gobierno del PP precedente a la cesión de la AP-9 por la crisis territorial surgida en Cataluña.

La transferencia de la AP-9 es una demanda histórica y las tres propuestas de ley orgánica para conseguirla -competencia, por tanto, de las Cortes- aprobadas por unanimidad en el Parlamento autonómico con el popular Mariano Rajoy en Moncloa toparon con el veto incluso a su tramitación porque elevaría el gasto público. A comienzos de verano, el nuevo Gobierno del PSOE comunicó su cambio de criterio, lo que permitirá que el Congreso debata la cesión. La titularidad de la vía concedería a la Xunta la competencia para controlar y sancionar a la concesionaria en caso de servicio deficitario.

Ábalos esquivó ayer fijar una postura, pero recordó la tradicional oposición de Fomento a ceder vías de carácter estratégico -pese a que se transfirieron algunas a Euskadi y Cataluña- y vinculó la decisión sobre la AP-9 con establecer un modelo general del Gobierno para demandas "replicadas" por otras autonomías y evitar así discriminaciones. "Queremos dar una decisión coherente para el resto del Estado", alegó, para evitar una postura "arbitraria" del Ejecutivo.

Por su parte, Feijóo argumentó el carácter diferencial de esa vía al recordar que transcurre íntegramente por Galicia, lo que permite ajustarla al marco competencial de la Xunta establecido en el Estatuto. El asunto se abordará en la comisión bilateral, que se reunirá la próxima semana. El ministro también se refirió a la necesidad de establecer una financiación "igualitaria" de las grandes carreteras y su mantenimiento para que no haya territorios donde se financien con impuestos y otras con peajes, "como Galicia".

En relación al AVE, Feijóo agradeció el compromiso de mantener los plazos de una vía que Galicia espera desde 2009. Ábalos aseguró que el año que viene finalizarán las obras y se recortará la duración del viaje una hora a las ciudades, antes de que puedan venderse los primeros billetes en 2020. El funcionamiento, por tanto, depende de cuándo concluyan auditorías de seguridad, formación de maquinistas y pruebas del ERTMS, entre otros procesos. Sobre esta cuestión, Feijóo completó la exposición de su acompañante anunciando que se realizará un estudio sobre el impacto que tendrá el AVE en el tráfico de los tres aeropuertos gallegos.

El Corredor Atlántico ferroviario de mercancías, cuyo plan director presentará Fomento en breve, también fue objeto de la reunión, pues Galicia y otras autonomías del norte se rebelaron contra su exclusión del trazado original que permitía obtener fondos de la Unión Europea y reducía su competitividad al excluirlo del trazado de salida hacia el mercado europeo.

Ábalos recordó que se acordó incluir el noroeste, incluida Galicia, en el Corredor y anunció que pedirán a la Comisión Europea que lo plasme en el próximo plan Conecta Europa. "Se abren todas las posibilidades para financiar este trazado", aseguró Ábalos, ayer, en Santiago. "El Corredor Atlántico es igualmente importante que el Mediterráneo y lo vamos a demostrar", prometió sobre un proyecto que elevará la capacidad competitiva de los puertos gallegos y "ampliará la cohesión social" entre comunidades.