-Pone el foco en tumbar a Feijóo. ¿Le gustaría ser candidata a presidir la Xunta en 2020?

-Queda mucho tiempo hasta entonces. Nosotros tenemos muchos aliados con muchas sensibilidades y no corresponde discutir eso ahora. De lo que se trata ahora es de que los inscritos de Podemos decidan quién quieren que sea su secretario xeral y ojalá consigamos abrir una nueva etapa en que Podemos sea una organización más fuerte, más abierta, con más capacidad para elegir a los mejores y quienes tengan mejor proyecto. Y quiero aprovechar para hacer un llamamiento a los inscritos para que participen no solo en la elección de Secretaría Xeral y Consello Autonómico, sino también en la elaboración de los documentos políticos, organizativos y éticos enviando propuestas.

-Queda mucho para 2020, pero ¿se ve como diputada en el Parlamento gallego de un grupo En Marea a secas, sin la marca Podemos?

-Queda mucho. Ojalá Feijóo convocase elecciones cuanto antes para tener que tomar esas decisiones, pero lamentablemente no va a ser así. En cuanto las convoque, hazme esta pregunta otra vez y te la respondo.

-¿Cómo afecta el conflicto catalán a Galicia, nacionalidad histórica cuyo autogobierno no ha crecido desde hace años?

-Claro que nos afecta, pero hay dos niveles diferentes de crisis: la crisis política catalana y la territorial española. La primera básicamente corresponde resolverla a los actores catalanes; es compleja, difícil y en los últimos ocho años se ha intensificado de manera muy aguda. La segunda es todavía más complicada, de más largo aliento y se ha ido gestando desde el propio marco constitucional. Galicia necesita que se afronte un debate global sobre cuál es la estructura territorial de España y cómo se articulan las nacionalidades, los países, las regiones en ella. Es muy importante y con muchas implicaciones en términos de autogobierno, financiación y reconocimiento no solo de derechos culturales, sino de respeto cultural, y que nos corresponde apoyar.