Pueblos con apenas 500 habitantes cuentan cada año con miles de vehículos matriculados. Las bajas tarifas en algunos ayuntamientos atraen a los conductores de localidades limítrofes que buscan rascarse lo menos posible el bolsillo con la factura del impuesto de circulación. La tasa, que cada municipio regula aplicando un coeficiente sobre las cuotas mínimas exigidas para cada tipo de vehículo según su potencia, número de plazas, capacidad de carga útil y cilindrada, deja márgenes tan amplios que han dado lugar a la creación de los llamados paraísos fiscales del motor. Entre las distintas provincias españolas e incluso localidades de una misma comunidad, la diferencia puede ser hasta ocho veces superior. En las capitales de provincia gallegas, A Coruña presenta el impuesto de rodaje más alto, un 3% por encima de la media autonómica y hasta un 16% más que Pontevedra, la ciudad con la tarifa más baja en Galicia y que está entre las diez consideradas paraíso fiscal del automóvil en España.

Por un turismo tipo medio de 12 a 16 caballos, unidad que determina el gravamen a aplicar, un conductor coruñés tiene que desembolsar 128,35 euros, una tarifa que se coloca como la 32 más elevada de todas las capitales de provincia españolas, según un informe publicado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

El tributo se aplica en función de cinco categorías: por debajo de los ocho caballos fiscales; entre 8 y 11,99; de 12 a 15,99; de 16 a 19,99 y por encima de 20. Esta clasificación refleja las enormes diferencias que hay entre los considerados paraísos fiscales del motor y otros municipios. Una brecha fiscal que ha provocado un éxodo masivo en los últimos años a localidades limítrofes con una carga impositiva del impuesto de circulación más baja.

A modo de ejemplo, un turismo de 12 a 16 caballos fiscales paga en el Ayuntamiento de Melilla 71,95 euros, en Madrid se eleva a 129 euros y en Vitoria se dispara hasta los 162 euros, unas tarifas que dejan una brecha fiscal en esta categoría del 125%. La diferencia todavía es mayor en el caso de los vehículos de 8 a 12 (CV): de los 17 euros que paga un turismo matriculado en la ciudad de Melilla, la más barata de España, a los casi 86 euros que debe afrontar un conductor con su automóvil censado en San Sebastián, lo que supone cinco veces más.

A la cabeza de la tabla gallega de las capitales de provincia está A Coruña, con una 128,35 euros para un turismo de 12 a 16 caballos, seguida Ourense (127,35), Lugo (123,72) y finalmente Pontevedra (118,50).

Este impuesto, que fue creado hace ya 30 años, genera unos ingresos anuales de más de 2.000 millones de euros a los ayuntamientos. En el caso del Concello de A Coruña, la previsión era recaudar este año más de 11 millones por los casi 140.000 automóviles censados en la ciudad.