Los ayuntamientos también tienen agujeros económicos por las deudas de morosos de muy difícil cobro. El volumen de las facturas pendientes en las arcas de los concellos asciende a 420 millones de euros, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Hacienda correspondientes a 2016. Esta cifra constituye un nuevo récord, superando en casi ocho millones las deudas de dudoso cobro con las que se había cerrado el ejercicio anterior.

La lista de impagos es larga. Desde tasas e impuestos, hasta sanciones, facturas por servicios que prestan las empresas municipales y también sentencias sin ejecutar en las que los ayuntamientos son perceptores de una indemnización u operaciones de monetarización de suelo en las que los promotores deben abonar a las administraciones locales una cantidad determinada. Además, figuran empresas que han quebrado sin estar al día en sus obligaciones fiscales.