La Xunta prevé gastar el año que viene 9.850 millones de euros, 363 más que este ejercicio, y reducirá su déficit al 0,1%, lo que supondrá un endeudamiento de 69 millones. Será, por tanto, el último ejercicio con desfase entre ingresos y gastos antes de alcanzar el equilibrio fiscal en 2020, ajustándose al plan vigente aprobado por el Gobierno central del popular Mariano Rajoy. Esta cifras constan en el techo de gasto aprobado ayer por el Consello del Ejecutivo autonómico, enviado ya al Parlamento para aprobarlo en pleno la próxima semana y validar el jueves o viernes el presupuesto de 2019, respetando así el plazo legal máximo del 20 de octubre, a pesar del retraso respecto al cronograma habitual que da luz verde a este documento en agosto.

"Este es un techo de gasto prudente, pero expansivo", expuso el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que contrapuso la "estabilidad" de su administración, sustentada por la única mayoría absoluta autonómica, frente a la "inestabilidad" estatal vinculada a la debilidad parlamentaria del Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez, que negocia las cuentas estatales de 2019 tras fracasar en su intento de modificar el marco fiscal y ampliar el margen de déficit.

Pese a carecer de presupuestos estatales, la Xunta avanza en la tramitación de los suyos gracias a que cuenta con información sobre las entregas a cuenta, es decir, las aportaciones vinculadas al sistema de financiación autonómico, su mayor flujo de ingresos.

En 2019, la Xunta "agotará el techo de gasto", confirmó el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, de 9.850 millones. Se trata de 363 más que este ejercicio (+3,8%) y 130 más que lo previsto en la hoja de ruta del Ejecutivo el año pasado. En ese plan de 2019, se incluyen los 198 millones de recaudación de un mes de IVA retenidos por el Ministerio de Hacienda -2.800 entre todas las comunidades-, que se comprometió a su entrega, aunque no ha confirmado cómo lo hará.

Del techo de gasto, unos 9.756 millones corresponden a ingresos no financieros (aportaciones estatales e impuestos autonómicos, principalmente); 25 a ajustes de contabilidad nacional y 69 a préstamos. "Esto hace que prácticamente el año que viene Galicia no tenga que recurrir al endeudamiento", destacó Feijóo sobre una deuda que a mediados de año se situó en 11.549 millones.

En 2009, año en que Feijóo llegó a la Presidencia, alcanzaba los 4.859, si bien la crisis desplomó los ingresos públicos y los créditos fueron necesarios para "soportar el Estado del Bienestar", expuso Martínez, que ensalzó el control de esta carga por parte de la Xunta. "Si Galicia se comportase como la media autonómica tendríamos 3.800 millones más de deuda", sostuvo. El techo de gasto sitúa a Galicia en la antesala de recuperar el nivel de 10.000 millones, tras el desplome causado por la crisis. En 2015, recordó Feijóo, la Xunta se manejó con un tope de 8.436.