La entrada en vigor el 1 de enero de la norma de los descartes cero pone en jaque al sector pesquero comunitario y a las autoridades, que reconocen que su aplicación será complicada. Ante la dificultad de comprobar los descartes aparecen dos medidas como soluciones: la instalación de cámaras a bordo o el uso de vigilancia aérea. La primera ya fue propuesta por la Comisión Europea y la segunda está más cerca, ya que la Agencia Europea de Control de la Pesca (EFCA, en inglés) proyecta el uso de drones para estas tareas.

El director ejecutivo de la EFCA, Pascal Savouret, explicó ayer que actualmente la entidad usa aviones tripulados junto a la Agencia Europea de Control de las Fronteras Exteriores. "Con un avión triplicas la información que obtienes durante la vigilancia", comentó Savouret en la presentación de la patrullera Lundy Sentinel, que está certificada para el uso de estos aparatos. Además, indicó que los drones servirán también para ver qué pescan los barcos.