Unos 150 funcionarios del centro penitenciario de Teixeiro se concentraron ayer a las puertas de la cárcel para reclamar el refuerzo de las medidas de seguridad y manifestar su apoyo a los dos trabajadores agredidos el miércoles por un recluso en el módulo 13, ocupado por presos en primer grado. Uno de los funcionarios sigue hospitalizado tras sufrir una fractura de la mandíbula.

Los trabajadores penitenciarios advierten de que la agresión se produjo en la misma zona en la que, en marzo de 2017, un preso hirió a seis funcionarios. "El módulo 13 tiene menos medidas de seguridad que el 15, donde se encuentran los reclusos más violentos", denuncian. Así, apuntan que "generalmente" los internos que ocupan este módulo lo hacen "como paso previo" a recuperar el segundo grado -régimen ordinario de vida- debido a una mejoría en su comportamiento. No obstante, aseguran que los funcionarios "habían advertido de que no se daban tales circunstancias" y que "era cuestión de tiempo que se produjese un incidente de gravedad como en 2017". El grupo de trabajadores que se concentraron ayer durante cinco minutos en protesta por la precaria situación laboral que arrastran desde hace años lamentaron la "actitud no colaborativa" del director del centro por permitir a los funcionarios en el interior sumarse a la convocatoria así por no permitir a los medios de comunicación pasar del perímetro exterior del recinto para cubrir el acto.