Un año antes del descarrilamiento del Alvia en la curva de Angrois, el entonces director de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, autorizó la desconexión del sistema de seguridad ERTMS en la línea Ourense-Santiago, un mecanismo que permite el frenado automático del tren en caso de que el maquinista supere la velocidad permitida. Aunque Cortabitarte aseguró ayer durante su comparecencia en el Congreso ante la comisión de investigación del accidente ferroviario que él no tiene "ninguna responsabilidad" en el descarrilamiento del Alvia señalando al maquinista como responsable de lo ocurrido, acabó reconociendo que con el ERTMS instalado, el accidente en el que fallecieron 81 pasajeros y otros 144 resultaron heridos no se hubiera producido.

En la primera parte de su intervención, el único cargo público que no ha dimitido tras ser imputado en la causa detalló que él mismo autorizó la desconexión de este sistema de seguridad un año antes del siniestro debido a "problemas de disponibilidad", por lo que toda la línea se quedó con el modelo ASFA. No obstante, dijo no tener "ni idea" de quién ordenó su eliminación ya que -alegó- "a la Dirección de Seguridad no le compete la decisión".

"En este tiempo pasaron unos cuantos miles de trenes; no tuvo nada que ver la desconexión [del sistema ERTMS] con el accidente", argumentó el exmando de Adif a reiteradas preguntas del diputado de ERC Gabriel Rufián sobre los mecanismos de seguridad en el tramo donde se produjo el descarrilamiento en julio de 2013.

Pero durante el interrogatorio de la portavoz del PSOE Pilar Cancela, Cortabitarte dijo lo contrario al admitir que con el ERTMS instalado el accidente en la curva de A Grandeira se podría haber evitado. La diputada gallega le preguntó si con este sistema de control de la velocidad operativo "se hubiera aplicado automáticamente el freno" en caso de que el maquinista "no hubiera reconocido" el botón. "Por lo tanto, ¿se hubiera evitado el accidente?", inquirió Cancela. "En este caso sí. Porque la transición está antes de la avanzada. Si no toco (el botón de reconocimiento) le aplica frenado. Si le aplica frenado hasta recuperar, el tren no hubiera llegado a 179 a la curva. Ahora bien, esa es una suposición más de las muchas", respondió el cargo de Adif, todavía en un puesto de libre designación en la empresa pública, cuya dimisión exigieron las víctimas en una reunión mantenida con el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, el pasado mes de septiembre.

Tras admitir que el dolor de las víctimas "en absoluto es comparable", Cortabitarte advirtió de que a él le "duele" que estas pongan "el foco" en su propia persona. "He sufrido por verme involucrado como uno de los presuntos responsables de un accidente en el que no tuve ninguna responsabilidad", sentenció. Preguntado si recibió alguna "presión política" para tomar las decisiones que tomó, el exmando de Adif respondió directo: "No, nunca".

Tras la comparecencia de Cortabitarte fue el turno del exresponsable de Renfe en el momento del accidente, Antonio Lanchares, quien abandonó su cargo el mes pasado. Preguntado si la decisión de desconectar el ERTMS en vez de configurarlo de otro modo se debió a presiones comerciales por las demoras en los viajes, Lanchares lo negó. Su actuación en el caso lo resumió estar "totalmente convencido" de que "haber cumplido" con su deber.

En sus intervenciones, ambos cargos de Adif y Renfe negaron que debiesen haber evaluado el riesgo que supuso su decisión de desconectar el control de velocidad en la línea Ourense-Santiago.