El tráfico de la AP-9 está resfriado. El uso que hacen los conductores de la autopista gallega durante 2018 es menor que el de años anteriores. Una de las mejores formas de conocer su estado es cómo ha sido su comportamiento durante el verano, la época en la que más uso se hace de la vía que vertebra la comunidad gallega de norte a sur. Y la foto fija que dejan los datos que acaba de publicar el Ministerio de Fomento no es buena.

La AP-9 cerró el peor verano de los últimos tres ejercicios, un periodo en el que los desplazamientos aumentan por el periodo vacacional pero que, en esta ocasión, no se han trasladado al incremento del tráfico de la autopista. Todo lo contrario. En julio, la Intensidad Media Diaria (IMD) fue de 25.249 vehículos, un 9,2% menos que en el mismo periodo del ejercicio pasado. En agosto, la IMD alcanzó los 29.653, un 2,6% más que hace un año. Pese a este incremento, el uso medio diario de la autopista durante los dos meses centrales del verano fue de 27.451 vehículos, un 3,5% inferior al mismo periodo de 2017.

Con estas cifras, la AP-9 acumula una caída de tráfico del 0,96% hasta agosto. Si se obvian dos de las autopistas que han sido rescatadas por el Gobierno (la R-5 entre Madrid y Navalcarnero y la R-3 entre Madrid y Arganda), esta caída es la quinta mayor de las 27 autopistas de peaje de titularidad estatal.

El primer aviso de que la dinámica de uso de la vía gallega había cambiado llegó en marzo cuando el tráfico cayó un 0,5% pese a contar con el efecto estacional de la Semana Santa. Es decir, en 2017 estas fiestas fueron en abril por lo que se esperaba que en marzo de 2018 su uso creciese ya que tanto el Jueves como el Viernes Santo cayeron a finales de mes. Pero no fue así.

Este periodo vacacional, en el que hay más desplazamientos, no supuso un incremento de los vehículos que circularon por la AP-9. El mal dato de marzo afectó al primer trimestre, que se cerró con una disminución del tráfico del 1,6%. Fue la primera vez que el uso de la vía bajó entre enero y marzo en los últimos tres ejercicios.

El año pasado ese mismo efecto Semana Santa supuso un incremento del 8,8%, el doble de la media anual, y el porcentaje más elevado de la última década.

El descenso de marzo también rompió una tendencia de 22 meses en los que el tráfico de la AP-9 no había parado de aumentar. Si no hubiese sido por la bajada del 0,1% de abril de 2015 debido al efecto de la Semana Santa, habría enlazado 42 meses (tres años y medio) con aumentos consecutivos.

Mientras el uso de la AP-9 sigue cayendo, continúa el debate sobre la transferencia de la autopista a la Xunta. El pleno del Parlamento de Galicia votará hoy en urna la elección de la delegación gallega que defenderá la ley de transferencia de la AP-9 en el Congreso de los Diputados, que con toda probabilidad será en el mes de noviembre.

Los diputados tendrán que escribir el nombre del diputado a quien eligen para que represente al Parlamento en la defensa de la ley, que fue aprobada en marzo de 2016 y que, además de la titularidad de la AP-9, contempla un ulterior rescate de la vía para la administración pública si así lo decidiese la Xunta una vez sea la titular de la vía.

Por otra parte, la reunión de la comisión de seguimiento de la AP-9 entre la Xunta y altos cargos del Ministerio de Fomento, que estaba prevista para ayer inicialmente para las 16.00 horas, quedó pendiente de nueva fecha después de que el avión en el que iba a viajar la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, registrase una avería y no pudiese salir a la hora prevista.