El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró que 2018 es el año con menos incendios forestales desde 2014 y defendió que 22 de las 30 medidas comprometidas tras la ola de fuegos de octubre de 2017 ya están en marcha. Quedan pendientes cinco, que están avanzadas y se completarán a finales de este año o principios del que viene. Y otras tres se activarán en 2019, entre ellas están los equipos forestales para apoyar a la Policía y a la Guardia Civil en sus pesquisas sobre los incendios y la vigilancia para ver el cumplimiento de las franjas de protección.

Así respondió a una pregunta del portavoz de En Marea, Luís Villares, que criticó la falta de un mando único para coordinar la extinción de incendios o el retraso en los procesos de concentración parcelaria. "El Gobierno gallego estuvo mucho tiempo en huelga de brazos caídos y no se preocupó del rural", lamentó.

Feijóo explicó que su objetivo es concentrar 119.000 hectáreas de tierras antes de que finalice la legislatura y lamentó que un 10 por ciento de concellos no hayan querido suscribir el convenio con la Xunta para acometer la limpieza de las franjas de seguridad. Puso como ejemplo el Concello de Mondariz, gobernado por En Marea, y en el que se registró uno de los peores incendios de este año.

Pero Villares alegó que algunos concellos no tienen recursos para suscribir este convenio y tienen que elegir entre limpiar las franjas de seguridad o dar cobertura a los servicios sociales. "La Xunta podría decir lo mismo", le respondió el presidente de la Xunta.

La situación de la sanidad fue motivo de discusión entre la portavoz del BNG, Ana Pontón, y Fejóo. La líder nacionalista le echó en cara la huelga del personal de los PACs y el "chantaje de Povisa" que, según denunció, se "usa de puerta giratoria con cargos de la Xunta".

El titular de la Xunta defendió que "nunca antes" hubo en Galicia una mejor sanidad y devolvió el dardo a Pontón en relación a Povisa al señalar que altos cargos del bipartito procedían de este hospital.

El portavoz socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga, por su parte, acusó a la Xunta de incumplir el Plan Move que prometía que en 2015 el 80 por ciento de los gallegos estarían a menos de diez minutos de una vía de alta capacidad.

Feijóo reconoció que era un plan "muy ambicioso" y que tuvieron que modificarlo puesto que la crisis económica redujo la disponibilidad presupuestaria de la Xunta. Acusó además a los socialistas que dejaron 1.100 millones de euros en infraestructuras sin pagar. "Y a pesar de eso el 80 por ciento de los gallegos está ahora a 15 minutos de una vía de alta capacidad", razonó.