El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, admitió ayer que no pudo cumplir con el Plan Move, que preveía invertir 3.645 millones de euros en infraestructuras hasta 2015 para mejorar las comunicaciones por carretera y garantizar que el 80% de los gallegos estuviese a diez minutos de una vía de alta capacidad. Y achacó este incumplimiento al recorte presupuestario sufrido debido a la crisis económica y a las deudas que dejó el Gobierno del bipartito.

"No pudimos cumplirlo, hay que reconocerlo, porque los presupuestos de la Xunta estaban pintados y vivimos la mayor crisis que recordamos. Y porque dejaron la Xunta sembrada de deudas, especialmente en infraestructuras. Hicieron todas las autovías sin pagar y quedaron a deber más de 1.000 millones de euros en concesiones, que nosotros tuvimos que pagar año a año". Así respondió Feijóo en el Parlamento al portavoz parlamentario del PSdeG, Xoaquín Fernández Leiceaga, que le recriminó que solo se había ejecutado entre un 25 y un 30% del Plan Move, que ya había sido modificado en 2010 para rebajar sus cifras de inversión.

Leiceaga calificó de cuentas de "Antoñita la Fantástica" las cifras que aportó Feijóo en relación a la deuda que dejó el bipartito y criticó que "se escude en la crisis económica" para justificar los incumplimientos. El portavoz socialista citó, por ejemplo, que se había fijado el objetivo de que el 80% de los gallegos estuviesen a 10 minutos de una vía de alta capacidad. "Y eso todavía no es así", recalcó. También se fijó en este plan el compromiso de reducir los peajes en las autopistas competencia de la Xunta. "Casi nueve años después los usuarios pagan lo mismo", lamentó el socialista.

En su intervención, Feijóo explicó que efectivamente el Plan Move se había modificado a la baja en 2010, un año después de aprobarlo pero insistió en el "agujero" que dejó el anterior Gobierno de PSdeG y BNG y enumeró: 1.100 millones en infraestructuras, 900 millones de euros en las Xestures y 2.165 millones de las liquidaciones negativas. "Si tuviéramos todo ese dinero habríamos completado el Plan Move y ahora estaríamos por el segundo", se quejó el presidente del Ejecutivo gallego.

Y a pesar de ello, según aseguró, la Xunta construyó 208 kilómetros de autovías, lo que supone un incremento del 67% respecto a la red de vías de alta capacidad que había cuando llegaron al Gobierno. Esto ha permitido, añadió, que el 80% de los gallegos esté a 15 minutos de una vía de altas prestaciones. "Pagamos lo que dejaron a deber y a pesar de eso hay más infraestructuras", zanjó Feijóo. Y respecto a los peajes autonómicos, el presidente autonómico destacó que las autopistas titularidad de la Xunta tienen "los peajes más bajos de España".

La situación de la sanidad gallega fue ayer también motivo de confrontación ayer en el cara a cara parlamentario, en este caso con la portavoz del Bloque, Ana Pontón, que acusó al presidente de la Xunta de "estar convirtiéndose en un peligro para la salud de las personas". La nacionalista recriminó a Feijóo un recorte de 2.000 millones de euros en Atención Primaria. Le recordó que los trabajadores de los PACs están en huelga y que un hombre falleció en A Estrada porque no había ningún médico que lo atendiera cuando acudió a urgencias. Y aludió también al "chantaje" de Povisa a los pacientes y a más de un millar de trabajadores. De hecho, denunció que este hospital privado es un icono de "puertas giratorias" por el que pasan altos cargos de la Xunta. Por eso, la líder del BNG pidió a Feijóo que "rectifique", al igual que hizo con la propuesta de crear "pediatras de área".

El titular de la Xunta no aludió a la polémica medida de Sanidade para paliar el déficit de pediatras y que tuvo que retirar tras el rechazo del colectivo médico. Tachó de "mentiras" los ataques de la oposición a la sanidad que, según defendió, "nunca antes estuvo mejor que ahora".

Mientras Ana Pontón tildó al jefe del Ejecutivo gallego de "presidente profeta de la posverdad", Feijóo hizo una encendida defensa de la gestión sanitaria de la Xunta y cargó contra la "manipulación" sobre la sanidad pública advirtiendo que determinadas plataformas críticas están "llenas de altos cargos del bipartito".