Un sinvivir. Cuando los cofrades y junta directiva de la cofradía de pescadores de Cariño comienzan a ver la salida del túnel en el que la mala gestión de una directiva anterior la metió hace años, la Demarcación de Costas de Galicia procede, por arte de birlibirloque, a la expropiación de los terrenos cedidos al pósito, en los que los marineros y armadores cariñeses levantaron con su esfuerzo económico y personal la sede social de la actual Cofradía de Pescadores que ha sustituido, a partir de los años 60, al viejo pósito también por ellos levantado en el barrio de O Campo por acuerdo adoptado hace 95 años.

Casi un siglo de historia que la Demarcación de Costas quiere cortar de modo abrupto e inexplicable para los nuevos rectores de lo que es toda una institución en una población pesquera a la que, por lo que sea, pretenden cortar sus alas. Algo que el nuevo patrón mayor, Javier Pita López (que ayer tomó posesión de su cargo), no está dispuesto a aceptar sin lucha. Por ello ha optado, junto con sus compañeros de directiva, por contratar los servicios de un experto abogado de la Asociación de Afectados de Costas (que también estuvo ayer en Cariño en el acto citado de toma de posesión de los nuevos regidores del pósito cariñés).

Es más que probable que la cofradía presente una demanda contra la Demarcación por un presunto delito de cohecho ya que, unido a la expropiación, la cofradía se ve obligada a hacer frente a un canon impuesto por Costas de 5.200 euros anuales y a una sanción de 3.500 euros por haber realizado una zanja para solucionar un problema de obturación de las tuberías de desagüe del edificio que la aloja junto con la cafetería-restaurante que ocupa parte de la planta baja del edificio. Según Costas, la obra no estaba autorizada, pero tampoco ha hecho nada para solventar el problema sanitario suscitado.

El planteamiento de la Demarcación de Costas tiene que ver, al parecer, con el deslinde no realizado oficialmente de los terrenos en su momento cedidos para la construcción de la cofradía. Y a pesar de que entre esta y la playa existe un amplio espacio en el que, hace unos años, se construyó una vía de doble circulación dotada de aceras y estacionamiento de vehículos a ambos lados de aquella, paseo marítimo ajardinado y, en la misma línea prácticamente de la edificación del pósito de pescadores, la nueva sede consistorial. Los terrenos ocupados por la institución marinera fueron cedidos en 1960 por el ayuntamiento de Ortigueira, en el que por entonces estaba integrado Cariño, sin que desde entonces se hubiera creado problema alguno.

Llevar a juicio a Costas no es un plato de buen gusto para los representantes de los cofrades cariñeses, pero menos lo es perder aquello por lo que muchas generaciones de marineros luchan en estos casi 100 años de vida de una institución que, en el año 1923, acordaba por práctica unanimidad de sus socios, abonar una cuota de 50 céntimos de peseta (hoy una insignificante cantidad) y, además, aportaciones económicas de los armadores de las embarcaciones que utilizaran los servicios de muelle y lonja para efectuar los desembarques de sus capturas con el objeto de dotarse de una sede en la que realizar las tareas burocráticas y sociales pertinentes. Costas, además de proceder a la expropiación del edificio, pretende quitar la terraza y pérgola de madera que la cofradía ha construido hace unos años. Estas son utilizadas habitualmente por los vecinos. El edificio se encuentra en una zona privilegiada del parque, distante este más de un centenar de metros de la zona de playa, por lo que hay quien piensa que la Demarcación de Costas pretende realizar una operación recaudatoria mediante la venta de los terrenos y el edificio, sin tener para nada en cuenta los derechos de sus socios, a los que da ahora un plazo no superior a los diez años para que abandonen las instalaciones mencionadas.

Verdaderamente, no se encuentra explicación a esta actitud de la Demarcación de Costas de A Coruña, salvo que la misma ampare, como queda dicho, una operación de pura especulación a la que el propio Ayuntamiento debiera oponerse en apoyo a la reivindicación de un importante colectivo de profesionales de la mar residentes en el municipio.