Ni las lluvias. Ni las tormentas. Ni la alternancia de periodos de altas y bajas temperaturas. Ni los hongos. Ninguna de estas adversas condiciones afectó a la vendimia. La cosecha, que acaba de finalizar en las cinco denominaciones de origen gallegas, es la segunda más alta del siglo, solo por detrás del récord de 77,8 millones de kilos de uva recogidos en 2011.

Las previsiones que manejaban productores y bodegueros antes de que arrancasen los trabajos eran que se bajase de los 60 millones de kilos por primera vez en cuatro años. Pero no solo se ha superado esta cifra, sino que se ha convertido en la segunda mayor del siglo XXI.

De las vides gallegas han salido este año 64 millones de kilos, un 4,7% más que hace un año. De esta forma, las cuatro últimas cosechas han sido las seis más abultadas del siglo: 63,5 millones de kilos en 2015; 60,8 en 2016; 61,1 en 2017 y, ahora, 64 en 2018. En tres de las denominaciones, Ribeira Sacra, Valdeorras y Monterrei, aumentó la cosecha, mientras cayó en las otras dos: Rías Baixas y O Ribeiro.

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Rías Baixas, abundante pese al descenso. Antes de comenzar la vendimia, el consejo regulador de Rías Baixas había avisado de que esperaba recoger un 10% menos de uvas que el año anterior. Al final, la caída fue solo del 2%, ya que se cosecharon 38,5 millones de kilos frente a los 39,3 del año pasado. Más de la mitad de la producción gallega sale de estas tierras. Pese al descenso, desde esta denominación de origen explican que la cosecha ha sido "muy abundante" y "buena" tanto "en volumen como en calidad.

O Ribeiro, un "poco corta". Es la segunda denominación en importancia con una sexta parte de la producción gallega y la segunda, junto a Rías Baixas en la que cayó el volumen de uvas recogidas. Recibió los ataques del mildiu, oidio y black rot. Las expectativas eran muy buenas antes de los ataques, pero se desvanecieron tras la llegada de las plagas de hongos. El objetivo era alcanzar los 9 millones de kilos del año pasado, pero al final se quedaron en 8,9, un 5,3% menos.

Para el presidente de esta denominación, Juan Manuel Casares, la cosecha se quedó "un poco corta" debido a las "condiciones meteorológicas". "Las lluvias intermitentes de los meses de junio y julio facilitaron la infestación de la viña por enfermedades fúngicas, lo que provocó una merma de una cosecha que, en un principio, venía espectacular, pero se ha quedado más pequeña que la del año pasado", explicó.

Pese a ello destacó que la uva que entró en las bodegas "tenía una calidad visual y un estado sanitario excelentes" a pesar de los hongos, que provocaron "un alargamiento del tiempo de vendimia", ya que "hubo que redoblar esfuerzos en cuanto a limpiar bien los racimos y trabajar para que la calidad de la uva fuera la adecuada".

En cuanto a variedades, el presidente de la denominación de origen confirmó que la Treixadura "sigue siendo la principal variedad", con más de 4 millones de kilos de uva de un total de 8.976.000 millones recogidos esta temporada.

Ribeira Sacra, una buena cosecha, pese al mildiu.. Los ataques de mildiu y black rot y las granizadas también afectaron a la Ribeira Sacra. El consejo regulador de esta denominación preveía que se recogiese una cantidad similar a los 5,5 millones de kilos del año pasado. Al final se cumplieron las expectativas "en cuanto a calidad y cantidad", con un total de 6,1, millones, un 10,9% más que en 2017.

"Tras un año en el que los viticultores de la Ribeira Sacra han tenido que luchar contra el mildiu y el granizo que afectaron puntualmente a algunas bodegas, los trabajos de esta vendimia 2018 se vieron favorecidos por unas excelentes condiciones meteorológicas que contribuyeron al estado óptimo de la uva y a la fijación de su acidez", destacaron fuentes del consello regulador.

Monterrei, vendimia histórica. Los problemas fitosanitarios también afectaron a las uvas de Monterrei. La previsión era que la cosecha fuese superior a la del año pasado cuando, debido a las heladas, se recogieron solo 2,8 millones de kilos. La media de los últimos años estaba en los 4 millones.

Y no fue solo superior -se duplicó-, sino que registró la mayor cosecha de su historia, con 5.722.430 kilogramos, por lo que superó en casi un millón de kilos la campaña de 2015, la más exitosa hasta ahora, en la que se habían recogido 4.730.522.

La presidenta del consejo, Lara Da Silva, destacó a través de un comunicado los "resultados excelentes tanto en términos cualitativos como cuantitativos". Con respecto a la cifra de variedades vendimiadas, de uva blanca se recolectaron 3.782.382 kilos, mientras que de uva tinta fueron 1.940.047.

"El estado fitosanitario de la uva recolectada ha sido excelente, acompañado de las muy buenas condiciones climáticas que han tenido lugar durante la campaña de vendimia, con ausencia de lluvias; esta cuestión ha permitido que se recogieran las uvas de modo gradual, conforme éstas han conseguido su punto óptimo de maduración", explicó Lara Da Silva.

Valdeorras, mejor de lo esperado. Antes de comenzar la vendimia, el consello regulador de Valdeorras acordó solicitar ayudas a la Xunta para paliar el descenso de producción que preveían. Sin embargo, la cosecha en esta denominación de origen finalizó con casi 4,7 millones de kilos de uva recogidos, cifra que superó a la del año anterior en un 14,6%.

Por variedades, según informó el consello regulador, se situó a la cabeza en cantidad la uva Godello, con más de 2,6 millones de kilos, seguida de la Mencía, con más de 1,4. En tercer lugar, aparece la Garnacha tintorera, con más de 357.000 kilos. De Palomino fino se recogieron más de 170.000 y de Sousón, un total de 44.000. "A pesar de las plagas que afectaron a los viñedos, toda la uva recogida ha tenido una calidad excelente", afirmó el presidente del consejo regulador, José Luis García Pando.