El adalid del carné por puntos, Pere Navarro, afronta su segunda etapa al frente de la Dirección General de Tráfico con el objetivo de volver a reducir las cifras de siniestralidad en carretera, que en 2013 invirtió su tendencia decreciente.

Tras llegar en julio pasado a un cargo que ya ocupó entre 2004 y 2012, su objetivo es volver a reducir el número de fallecidos, que en 2017 fue de 1.830 personas. Aunque lejos de cifras como los 5.776 fallecidos del 2000 o los 2.478 de 2010, lo cierto es que tras alcanzar en 2013 la cifra histórica de 1.680 víctimas, ésta no ha dejado de crecer.

Bien porque se "ha perdido la sensibilidad" hacia este problema, bien porque la crisis ha priorizado otras cuestiones o bien porque la seguridad vial perdió interés social y "se cayó de la agenda", lo cierto es que Navarro se ha encontrado en su segunda etapa en la DGT con una situación que tratará de invertir con nuevas propuestas, muchas de las cuales tendrá que consensuar con los grupos parlamentarios.

En una entrevista con Efe, el director general admitió su preocupación por el uso del WhatsApp al volante y el exceso de velocidad en las carreteras convencionales, unas infracciones a las que quiere castigar más, con la retirada de hasta 6 puntos en el primer caso y de 2 puntos si se supera en 20 km/h el límite de 90 en el segundo. "No podemos perder tiempo, porque no hay tiempo que perder", indicó Navarro, que tiene sobre la mesa ya medidas "concretas, posibles, útiles y realizables", consciente de que resta muy poco de legislatura.

"Tenemos un problema con la velocidad", indicó Navarro, por lo que las propuestas de la DGT pasan por bajar a 90 km/h el límite en carreteras convencionales y también por quitar puntos cuando se haya superado en 20 km/h. Hasta ahora, solo acarrea multa de 100 euros, pero no se detraen puntos.

Al respecto del uso del teléfono móvil, subrayó que "algo habrá que hacer" porque este, y sobre todo el WhatsApp, ya es la tercera causa de los accidentes tras el exceso de velocidad y el consumo de alcohol y drogas. Para hacerle frente, la propuesta es aumentar la pérdida de puntos por esta infracción. En el proyecto se pasa de los 2 actuales a 6, aunque tampoco disgustaría a la DGT que se quedara en 4.

También se quitarán puntos por no usar el cinturón, el casco o las sillas de retención infantil. "Después de doce años, el que no se pone el cinturón es porque no le da la gana. Y lo mismo pasa con el casco. No hay excusas", enfatiza Navarro.

Otra de las medidas será crear en las jefaturas unidades de vulnerables. Esto es, de peatones, ciclistas y motociclistas, que suman el 46% de los fallecidos de tráfico. De esas unidades, y con la colaboración de las asociaciones de víctimas, saldrán propuestas para reducir su siniestralidad. También hay contactos con empresas de mensajería para mejorar la seguridad de este colectivo dado que el comercio electrónico crece a un ritmo del 20% anual y, por tanto, su flota de vehículos de dos ruedas.

También se hablará con los ayuntamientos porque verán más motos en sus calles, "una realidad que hay que gestionar", añade Navarro, que insinúa como una medida a debatir la obligatoriedad de que los motoristas lleven guantes.

Asimismo, a Navarro le parece inconcebible que en España pueda obtenerse el carné de conducir sin una sola hora presencial de seguridad vial, cuando en el 70 % de los países europeos es obligatorio. Tampoco renuncia a hacer realidad algo que lleva escuchando quince años: incluir la educación vial como asignatura obligatoria en la modalidad que sea. Es algo en lo que "todos estamos de acuerdo, pero pasa el tiempo y no se implementa", lamenta.