Las carreteras secundarias y las travesías son las vías donde menos se respetan las limitaciones de velocidad. No pisar el acelerador por encima de lo que marca la señalización evitaría uno de cada tres fallecidos en la red viaria gallega y si la rebaja en las convencionales es a 90 km/h en lugar de a los 100 km/h de límite máximo en la actualidad, la accidentalidad mortal caería en torno a un 10%. La asignatura pendiente de la legislatura pasada en materia, la reducción de velocidad a 90 km/h en la red convencional, quedará resuelta el próximo año. El 2 de enero entrará en vigor la nueva limitación, según las previsiones que maneja el Ministerio del Interior, una fecha que depende de la tramitación parlamentaria del real decreto por el que se modifica el artículo 40 del Reglamento General de Circulación, según informa Europa Press.

La reforma consiste en un cuadro que simplifica los límites genéricos para las vías y los vehículos, clasificando a estos últimos en tres bloques "lejos de la prolija casuística que existía antes", según el documento en el que trabaja el Ejecutivo. Turismos y motocicletas podrán circular a un máximo de 90 kilómetros por hora; camiones y furgonetas a 80 km/h y el resto de vehículos, incluidos autobuses, también a 80 km/h.