El director general de Seguridad, Organización y Recursos Humanos de Renfe, Cecilio Gómez-Comino, ha admitido que conocía el "riesgo de la curva" donde se produjo el accidente del tren Alvia antes del aviso de un jefe de maquinistas sobre su peligrosidad, al alegar que hizo "especial énfasis" en la formación del maquinista.

Al respecto, ha afirmado que durante la formación de los maquinistas de la línea Ourense-Santiago, en la que se produjo el accidente del tren Alvia en el barrio compostelano de Angrois, se hizo "especial énfasis" en "el riesgo de la velocidad de la curva" de A Grandeira.

Durante su comparecencia en la comisión que investiga el accidente de Angrois en el Congreso, Gómez-Comino ha asegurado tener "constancia fehaciente" de que se formó al maquinista que conducía aquel día, Francisco Garzón, "de manera escrupulosa en los peligros de la curva".

"Especialmente", tal y como ha detallado, se le indicó que estuviese "alerta" en los momentos de transición del sistema de gestión europeo de tráfico ferroviario (ERTMS) al de anuncio de señales y frenado automático (ASFA) y en la curva de A Grandeira.

Ha sido a preguntas de la diputada de En Marea Alexandra Fernández cuando Gómez-Comino ha señalado que "el responsable de la formación del señor Garzón, que se la dio con anterioridad (al aviso del jefe de maquinistas sobre la peligrosidad de la curva)", emitió un certificado en el que le comunicó que se había hecho ese "especial énfasis en el riesgo de la velocidad de la curva".

"¿Ya se sabía de la peligrosidad de la curva?", le interrogó entonces Fernández, ante lo que el director general de Renfe afirmó que "bueno", que "es que cuando te habilitan una línea, el que haya una curva de 200 a 80 no es ajeno a que un jefe de maquinistas les diga 'oye, tened especial cuidado con esto".

En sede judicial, el instructor investiga con la hipótesis, precisamente, de que el análisis del riesgo de la línea fuese deficiente, tanto por parte de Adif como por parte de Renfe. Esta teoría es la que motiva las imputaciones por 80 supuestos delitos de homicidio y 144 de lesiones por imprudencia profesional grave a dos cargos de la primera empresa pública y a un exresponsable de la segunda.

"Señalar a nadie"

Aunque ha insistido en varias ocasiones en que no tiene intención de "señalar a nadie", Gómez-Comino también ha reiterado que el maquinista tomó la curva con un exceso de velocidad y el "factor coadyuvante" de estar hablando por teléfono móvil con el interventor del tren.

Según Gómez-Comino, en la formación que reciben los maquinistas se les especifica cuándo y cómo pueden utilizar el teléfono móvil y se limita su uso a emergencias.

"Para saber si una cosa es una emergencia o no, no necesitas cien segundos", ha determinado el compareciente en alusión a la duración de la llamada que distrajo al maquinista, del interventor, y ha añadido que aunque es obligatorio atender a las llamadas de estos por si se trata de una emergencia, se reconocen en "tres o cinco segundos".

"Jamás señalaré a un compañero"

Pese a ello, ha repetido que "jamás" señalará a un compañero porque "cualquiera" puede cometer "un fallo humano" y ha emplazado al juicio abierto con motivo del accidente para esclarecer las causas del mismo.

En cualquier caso, ha enumerado tres aspectos determinantes en todo maquinista --la experiencia, la formación y la concentración--, y ha señalado que en este caso "no se puede hablar de falta de formación porque habría tenido un incidente a la primera".

Ha recordado que el maquinista llevaba un año circulando por la línea, que se le habían hecho acompañamientos en los que no había cometido ningún error y que contaba con once años de experiencia en la locomoción ferroviaria.

Por otro lado, se ha referido al aviso del jefe de maquinistas José Ramón Iglesias Mazaira, quien alertó del riesgo que entrañaba la curva y la falta de señalización ante un cambio tan brusco de velocidad, y ha dicho que en Renfe no fueron conscientes del mismo porque "no llegó a los foros que debía llegar".

Después sí ha admitido que algunos miembros de Renfe tenían constancia del aviso, pero ha incidido en que "en el foro" en el que se abordó solo se trataban temas "operacionales" y no de seguridad. Además, ha aseverado que Iglesias Mazaira y su superior determinaron "en un correo cruzado" que el problema denunciado "se podía soslayar con incremento en la formación".

Solo advirtió del peligro Mazaira

"Han circulado decenas y decenas de maquinistas y decenas y decenas de veces. Nadie lo dijo salvo Iglesias Mazaira", ha afirmado preguntado por los posibles riesgos de seguridad en la curva, si bien antes reconoció el "especial énfasis en el riesgo de la velocidad de la curva".

Asimismo, ha rechazado valorar si con el ERTMS activo en el tren accidentado --se desconectó un año antes del accidente porque presentaba errores que motivaban retrasos en la línea-- se habría evitado el accidente.

En este sentido, ha apuntado que la transición de ERTMS a ASFA está a 4.000 metros de la curva de A Grandeira y que ha preguntado a distintos maquinistas por su opinión y han sido "incapaces" de responderle. "La decisión que se tomó 'a posteriori' de instalar la baliza, eso sí que pudo evitar el accidente", ha agregado.

Respecto a modificaciones en el área de los recursos humanos tras el accidente, Gómez-Comino ha dicho que se han adelantado "los reciclajes" formativos de los tres a los dos años y que se ha pasado de someter a los maquinistas a un control psicotécnico cada tres años a uno anual.