El humo de los incendios forestales puede agravar patologías como el asma y provocar dolencias pulmonares obstructivas crónicas. La población más vulnerable son los grupos de más edad, que superan los 65 años.

El estudio del profesor Díaz-Fierros y Cancedo explica que los municipios más afectados por fuegos forestales presentan un mayor consumo de medicamentos relacionados con las vías respiratorias. Con esta base, concluyen que el riesgo de mortalidad en la población más vulnerable "se incrementa moderadamente". En todo caso, el peligro es mayor cuánto más exposición hay al humo de los incendios. Y, por eso apuntan, que el personal del dispositivo de extinción de incendios es el corre más riesgo de sufrir patologías de tipo crónico por su exposición prolongada e intermitente al humo de los incendios.