El mayor control fiscal durante los últimos años, las discrepancias con las valoraciones de inmuebles de la Xunta y los catastrazos que dispararon el recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) explican el fuerte incremento de las reclamaciones que llegaron al Tribunal Económico-Administrativo durante el último lustro. Pero además el pasado se han disparado respecto al ejercicio anterior las quejas de contribuyentes referidas a los impuestos especiales, entre los que se incluye la venta de alcohol, los tributos a la electricidad o a los hidrocarburos.

El encarecimiento del precio de la luz y de los combustibles ha llevado a 2.000 contribuyentes (particulares o empresas) a reclamar ante el tribunal económico de Galicia y mostrar su disconformidad con los impuestos que tienen que pagar tanto por la electricidad como por los carburantes. La cifra de quejas por estos tributos es diez veces superior a la del año 2016.

Catastro

El proceso de regularización catastral que está llevando a cabo el Ministerio de Hacienda para destapar bienes ocultos sigue generando también cada vez mayor volumen de quejas. Además de los 6.000 gallegos que presentaron recurso en dos años directamente frente a la Dirección General del Catastro, otros 927 acudieron ayer ante el Tribunal Económico-Administrativo, un 31% más que el año anterior. Se resolvieron 546 quejas y tan solo se le dio la razón a un tercio de los reclamantes.