El último plenario de En Marea certificó la derrota de la dirección encabezada por Luís Villares, que teme otro revolcón en las primarias al Consello das Mareas del primer fin de semana de diciembre y que los críticos se hagan con el control del partido. Este bloque en el que se incluyen Anova, Podemos, EU, Marea Atlántica, Compostela Aberta o Ferrol en Común discute sobre el peso de cada cual en las listas para esa consulta. De hecho, todas las partes negocian y sobre la mesa existe la opción de dividirse en dos candidaturas.

En Marea vive momentos de agitación interna fuera de foco tras el tenso plenario del mes pasado, en el que hubo acusaciones de "golpe de Estado" y "pucherazo" a los críticos, que tumbaron la hoja de ruta política de Villares y evidenciaron su rearme tras haber perdido tres plenarios consecutivos pese a contar, a priori, con un mayor número de militantes a tenor de las organizaciones involucradas en el frente contra Villares.

El plazo para presentar candidaturas al Consello das Mareas se abrió ayer y finaliza el viernes. Los oficialistas avanzan en su confección y los críticos intensificarán estos días los contactos. Sobre la mesa está la opción de dividirse en dos listas, lo que evidencia que, pese a estar unidos frente a Villares y los suyos, existe una divergencia sobre el futuro de la formación que lidera la oposición en Galicia.

En lo sucedido el pasado plenario tuvo un peso determinante la implicación de Podemos, hasta entonces presente en los cónclaves a través de un sector ajeno a la dirección de Carmen Santos. Esta abandonó la Secretaría Xeral, que ahora dirige Antón Gómez-Reino, quien ha dado la orden de movilizar a los suyos. Y eso puede ser decisivo, pues En Marea cuenta actualmente con 3.326 inscritos y en las últimas primarias moradas que ganó el diputado coruñés votaron 3.172.

Podemos, sin embargo, pretende romper el modelo actual de En Marea, concebido como un partido instrumental de adscripción individual. Los morados quieren contar como organización, manteniendo autonomía y funcionar, de facto, como una coalición, fórmula rechazada, por ejemplo, por Anova, Compostela Aberta o Marea Atlántica, si bien estas dos últimas cuentan con nexos con Gómez-Reino. Los primeros, liderados por Antón Sánchez, prevén apostar por la lista al Consello das Mareas que impulsen las mareas municipales. Podemos calibra sus opciones. Todavía no hay nada cerrado.

Gómez-Reino rechazó el domingo la necesidad de "crear un partido" En Marea y apostó por adoptar un modelo similar al de las mareas locales, pero ese objetivo estaba ya en mente de su antecesora. La exsecretaria xeral de Podemos Galicia, Carmen Santos, reconoció ayer que en verano participó en la Mesa da Confluencia con EU, Anova y las mareas municipales con un propósito: "que se nos reconociese por fin como partido autónomo en dicho espacio". "Es el momento de participar y cambiar la anulación-negación que sufrimos actualmente y por eso os pido que os inscribáis", añadió en sus redes sociales.

A pesar de que el secretario xeral actual y sus afines censuraron en su momento a Santos por entorpecer la "unidad popular", persiguen objetivos similares y estos distan de la concepción de En Marea no de solo de Villares, que les advirtió hace días que no son "una delegación de Podemos", sino también de Anova, compañero en el bando crítico con la dirección del exjuez.