Los Gobiernos de España y Portugal mostraron ayer su satisfacción por "el franco desarrollo de las obras de modernización y electrificación" del tren de conexión Galicia-Portugal, pero la XXX Cumbre Hispano-Lusa no arrojó nuevas mejoras para esta línea. A comienzos de mes, los Parlamentos español y portugués reclamaban a sus Gobiernos un tren de alta velocidad entre la comunidad gallega y Portugal. Los Ejecutivos de Pedro Sánchez y António Costa aprovecharon la cita en Valladolid para constatar que va a buen ritmo la electrificación del tramo entre Nine y Viana (43,6 kilómetros aún en obras) y la puesta al día de la línea entre Viana y Valença do Minho. En tierras gallegas, "empezará en breve" la electrificación de un tramo de ocho kilómetros entre la frontera portuguesa y Guillarei (Tui).

Pedro Sánchez y António Costa se limitaron ayer a comprometer su "intención de profundizar en el análisis y desarrollar un plan de acción" de los acuerdos sellados en la cumbre del año pasado en materia de ferrocarril. En la cita de 2017, que se celebró en Vila Real (Portugal), con Mariano Rajoy, entonces como presidente del Gobierno español, ambos países habían puesto fecha, finales de 2019, para la entrada en servicio de la línea electrificada entre Galicia y Oporto, la cual permitirá reducir la duración del trayecto de las algo más de dos horas que se necesitan ahora a 90 minutos.

Entonces, la Xunta planteó sin éxito una nueva demanda: convertir este corredor en una línea de altas prestaciones a partir de 2020 y dar continuidad al Eje Atlántico. La demanda gallega no se incluyó en la cartera de acuerdos.

La cumbre de este año pasó de largo sobre las conexiones ferroviarias, a diferencia de ediciones anteriores. La cita en Valladolid arrancó con unas declaraciones previas del primer ministro luso, António Costa, afirmando que la conexión de Portugal con España por tren de alta velocidad "no necesariamente" pasa por "la conexión de Lisboa-Madrid, tal vez por otros caminos a los que necesitamos llegar más deprisa". La noticia cayó como un jarro de agua fría en Extremadura, pues el AVE pasaría por Badajoz, ante la posibilidad de que la prioridad sea la alta velocidad a Galicia. Desde la Xunta optaron por la prudencia.

El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, aseveró que el ramal luso del AVE Madrid-Lisboa "se está construyendo" y "está acordado, salvo que las cumbres adoptaran lo contrario". Por su parte, el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, atribuyó el giro de Costa a grupos de presión: "En Portugal, el lobby del norte es bastante desconsiderado con el sur de Portugal y el sur también existe".

La crisis económica golpeó al país vecino más que a España, y en respuesta se paralizaron nuevas inversiones en infraestructuras. Y los ramales del AVE hacia España quedaron en suspenso, con obras de calado menor, como electrificación o mejoras de las vías.

El primer ministro de Portugal, en una entrevista a Efe, preguntado por el AVE a España contestaba: "Seguramente no sea en esta legislatura, dudo que sea en la próxima". A Costa le queda un año al frente del Gobierno, y después habrá elecciones. Para el dirigente luso es prioritario que su país consolide la recuperación económica y después consensuar nuevas inversiones en el país vecino. "Ya habrá tiempo para retomar ese debate en el futuro", señaló. "Es un tema que divide y está muy politizado, no hay consenso", remarcó.