El 1 de febrero pasado entró en vigor en Portugal la ley 77/2017, con la que el Ejecutivo de António Costa pretende poner coto a las plantaciones de eucalipto y, de paso, apaciguar a una sociedad que cuenta los veranos por tragedias. Solo el año pasado ardieron en este país más de 540.000 hectáreas, el triple que en el conjunto de España, con cerca de 300 siniestros de más de 100 hectáreas. La nueva normativa lusa veta explícitamente las nuevas plantaciones de eucalipto, pese a la crítica de buena parte del sector forestal, que acusa al Gobierno de "demonizar" esta especie. Y Galicia se presentó desde el primer momento como un refugio a esta política restrictiva. The Navigator Company (antigua Portucel Soporcel) sigue adelante con su "propio proyecto de silvicultura" en la comunidad, y que lo ejecutará a través del arrendamiento de fincas contiguas sin explotar, pero ya pobladas de eucaliptos.

Según la multinacional, su decisión de "crear una base forestal en Galicia" se tomó "mucho antes" de las restricciones impuestas por Lisboa y como consecuencia de su crecimiento; el pasado ejercicio alcanzó los 1.632 millones de volumen de negocio consolidado, tras anotarse un crecimiento interanual del 3,7%. Esa "base forestal" no será de su propiedad, según fuentes de la compañía, sino que arrendarán fincas privadas sin trabajar. La intención del grupo pasa por "administrar parcelas contiguas de diferentes propietarios", si bien no han aclarado qué superficie pretenden abarcar, niveles de producción o localizaciones. "La actividad de The Navigator Company en Galicia contribuirá a la recuperación de las áreas de eucalipto que no se explotan a día de hoy, contribuyendo a la creación de puestos de trabajo". La antigua Portucel quiere ser, dice, un "actor de referencia" en el sector forestal gallego.

De acuerdo a la legislación vigente en Galicia, las limitaciones para el cultivo de eucalipto se centran principalmente en las nuevas plantaciones, y la multinacional portuguesa pretende aprovechar las ya existentes, pero que a día de hoy no se trabajan. "Las nuevas plantaciones que se realicen con el género Eucalyptus superiores a las cinco hectáreas precisarán de autorización de la administración forestal. No será aplicable a las masas preexistentes de Eucalyptus en los supuestos de reforestación o regeneración", fija la ley de montes gallega. Pero la plantación está permitida, siempre y cuando no sea en espacios ocupados por especies autóctonas o frondosas -como carballos, castaños, nogales o encinas- y guarden una distancia de al menos 30 metros de las casas.

La compañía que presidió hasta este verano el magnate Pedro Mendonça de Queiroz Pereira -falleció el pasado agosto en Ibiza- no tendrá problema para localizar propietarios privados para llevar a cabo su proyecto en Galicia: más del 97% del monte gallego tiene esta titularidad, y solo una de cada diez hectáreas está "ordenada", según el último anuario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Además, la Xunta prevé que la superficie que ocupan los eucaliptos continúe aumentando en el futuro.

La revisión del Plan Forestal prevé que se planten alrededor de 25.000 hectáreas de eucalyptus nitens en las dos próximas décadas debido a la incapacidad de la administración para prohibir a los propietarios plantarlo en los terrenos donde es legal hacerlo y considera difícil reducir su presencia. En la actualidad se calcula que los eucaliptos ocupan cerca de 454.000 hectáreas de terreno en Galicia. Portugal multará con entre 3.700 y 44.000 euros a los propietarios de plantaciones irregulares de eucalipto, y subvencionará la sustitución de esta especie por otras "resilientes" a las llamas.