La Xunta ha identificado más de un centenar de ríos, embalses y áreas costeras que incumplen las exigencias medioambientales fijadas por la Unión Europea en la Directiva Marco del Agua. Se trata de aguas afectadas por vertidos químicos, que sufren contaminación microbiológica como la presencia de bacterias o parásitos o que bien han sufrido alteraciones en su hábitat. Aunque el horizonte fijado para garantizar el buen estado ecológico de las masas de agua es 2021, la Consellería de Medio Ambiente advierte del "riesgo de incumplirlo" puesto que en el análisis realizado el pasado año todavía quedan un total de 108 "que no cumplen los objetivos ambientales".

Entre las masas dañadas por problemas de contaminación o alteraciones, hay 63 ríos, 75 embalses, 13 zonas de transición entre áreas fluviales y el mar y 11 costeras, según consta en la revisión del documento de planificación hidrológica de la cuenca Galicia-Costa.

La Directiva Marco del Agua determina que los Estados Miembro de la UE deberán establecer las medidas necesarias para alcanzar el buen estado de las aguas superficiales y subterráneas en un horizonte de quince años desde la aprobación de la normativa. El primer plazo venció en 2015, pero se permitió una prórroga hasta 2021. Y si no se logra el margen se ampliará hasta 2027, pero de esa fecha no podrá exceder en ningún caso el cumplimiento de las exigencias medioambientales en ríos y aguas costeras.

El mal estado ecológico de las aguas es achacable a las presiones que ejerce la actividad humana (la industria, las actividades agrarias, el abastecimiento...) y que se han ido incrementando con el desarrollo económico. En la demarcación Galicia-Costa, la Xunta tiene autorizados un total de 2.183 vertidos.

En base a esto la Consellería de Medio Ambiente realiza un inventario de aquellas masas de agua más "presionadas" por esta contaminación, es decir, donde hay más riesgo de que estos vertidos terminen deteriorando o alterando la calidad de las aguas, como ocurre con el centenar de ríos y aguas costeras que incumplen los objetivos ecológicos de la Unión Europea.

En los controles realizados el año pasado se detectó un total de 492 masas de agua "presionadas" por vertidos, lo que supone "un aumento significativo" respecto a hace tres años cuando eran solo 386.

Sin embargo, la Consellería de Medio Ambiente no lo achaca a un incremento de la contaminación en ríos y aguas costeras sino a que existe "un mejor conocimiento" de los vertidos.

Se duplicó así el número de zonas afectadas por vertidos industriales y también aumentaron "de forma importante" las masas presionadas por actividades mineras, que pasaron de 20 a 58.

Solo los vertidos urbanos redujeron su impacto, puesto que los ríos y áreas costeras afectadas bajaron de 197 a un total de 160 en tres años.

Plan de vigilancia

Desde que hace más de siete años la Xunta puso en marcha una red de control en tiempo real de la calidad de las aguas, las inspecciones se multiplicaron y la detección y alerta en caso de incidencia es inmediata. Este plan de vigilancia de Aguas de Galicia destapó casi 8.500 puntos de vertidos, según datos al cierre de 2017; de los que más de 1.200 son contaminantes (más del 14%). Solo el año pasado, la Consellería de Medio Ambiente realizó casi 2.500 inspecciones que derivaron en 342 expedientes sancionadores por vertidos a los ríos -279- y a las rías -63-.

Casi el 60% de las investigaciones por actuaciones contaminantes abiertas el año pasado en la cosa gallega pusieron en el punto de mira a las administraciones, la práctica totalidad concellos, con un total de 195 expedientes sancionadores -143 por vertidos a rías o al mar y 52 a ríos, acuíferos o lagos-. Las empresas concentraron casi uno de cada cuatro procedimientos y el 19% restante afectó a particulares.