Galicia está marcada en rojo en los mapas de la DGT. Tanto por las negras estadísticas en el asfalto, ya que con un incremento de los accidentes mortales por encima del 30% en lo que va de año es la comunidad con peor tendencia en el conjunto el país, como por las condenas a prisión por delitos al volante, ya que junto con Baleares y Murcia, Galicia es la comunidad con más delincuentes viarios. Desde diciembre de 2007, los conductores que se tomen unas copas de más, circulen a velocidades estratosféricas, se nieguen a una prueba de alcohol o drogas o se pongan al volante sin haber pisado nunca una autoescuela o tras haber dejado el saldo de puntos del carné a cero se enfrentan a penas de cárcel de entre tres meses y cinco años. En diez años, la reforma del Código Penal de Tráfico destapó en la comunidad gallega más de 87.500 delitos contra la seguridad vial, un periodo en el que fueron llevados a juicio casi 67.000 conductores de riesgo, según datos de la Fiscalía Superior de Galicia.

Entre 2008 y 2017, los jueces dictaron en Galicia más de 64.500 sentencias por delitos de tráfico. Pero apenas un 2% fueron condenados a prisión, ya que la práctica totalidad de los juicios por infracciones penales en carretera se resuelve con una multa o una condena a trabajos en beneficio de la comunidad (TBC) junto con la retirada del permiso de conducir de entre uno y diez años, según la gravedad de los hechos.

La tipificación como delito de las infracciones al volante dio un vuelco a las estadísticas de Tráfico en el conjunto del país y, con mayor incidencia, en Galicia. Mientras el número de muertos en la red viaria gallega cayó más de un 60% en los últimos diez años, al pasar de los 215 fallecidos registrados en 2008 a 76 el año pasado -casi tres veces menos-, los juicios a conductores de riesgo se dispararon -de apenas 3.900 un año antes de la entrada en vigor de la reforma a los más de 6.000 registrados en 2008, pasando por la cifra récord alcanzada en 2012 -un total de 10.049- hasta los más de 4.500 contabilizados el año pasado.

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Los delitos contra la seguridad vial copan las salas de vistas de los juzgados gallegos. Ni las agresiones ni los robos son las infracciones penales que sientan a más encausados en el banquillo. De los más de 14.700 delitos calificados el año pasado en la comunidad, es decir con escrito de Fiscalía para llevar a juicio, un total de 4.539 eran por delinquir al volante -una media de 380 al mes-. En 2007, las infracciones en carretera representaban poco más del 10% de todas las causas penales juzgadas en Galicia, pero en la actualidad tres de cada diez juicios son por circular sin carné, ponerse al volante ebrio o bajo los efectos de las drogas o viajar a velocidades muy elevadas.

Aunque los delincuentes viarios juzgados el año pasado en la comunidad disminuyeron respecto al ejercicio anterior (-17,43%), el volumen de delitos contra la seguridad interceptados en las carreteras gallegas experimentó un ligero repunte -un total de 7.163 (una media de 20 delincuentes viarios interceptados cada día), lo que supone un aumento del 0,12% respecto a 2016-.

En cuanto a las sentencias por delitos viarios, fueron más de 64.000 las dictadas en la comunidad en una década, más de 5.600 el año pasado. Del volumen total de delitos sentenciados en Galicia, las infracciones de tráfico representan más del 40%.

Aunque la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas siguen siendo la principal causa de condena, los principales motivos de ingreso en prisión son conducir sin carné y el homicidio imprudente.

La práctica totalidad de los delitos en carretera se resuelven con una multa o una condena a trabajos comunitarios. La prisión se reserva para casos de multirreincidentes implicados en accidentes graves o que han causado una muerte con su conducción, unos casos que representan un 2% del total de delitos contra la seguridad vial. La pena de cárcel media impuesta en Galicia para estos ilícitos penales va de los seis a los nueve meses.

De los casi 7.200 delitos de tráfico detectados el año pasado en las carreteras gallegas, la conducción bajo los efectos del alcohol y/o las drogas supone el 61% -4.365-, seguida de la conducción sin licencia/permiso que representa el 36% -2.294-. El resto son por conducción temeraria (234), negativa a realizar las pruebas de alcohol y/o drogas (164), velocidad (56), otros riesgos para la circulación (45) y conducción con desprecio la vida de los demás (5).