En Galicia ya se firman unas 11.000 hipotecas al año, lo que supone una media de 30 cada día. Los bancos acaparan el 96,5% de las contrataciones y recuperan la cuota de mercado que años atrás le habían arrebatado otras entidades -como cooperativas de crédito que obligan a los dueños a comprar participaciones de la sociedad- y que solo suponen un 3,5% del total, tres décimas menos que el 3,8% al inicio de la crisis y casi seis puntos por debajo del 9% a nivel nacional. El informe de estadística registral inmobiliaria del Colegio de Registradores recoge que, en comparación con hace un año, los bancos ganaron dos puntos a costa de los dos que perdieron las cooperativas, ya que el año pasado representaban el 94,8% y el 5,19% respectivamente. La proporción de contratos formalizados a día de hoy al margen de la banca se sitúa lejos del 11% que llegó a suponer en 2016, el pico máximo alcanzado tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Así, si de las 11.000 hipotecas firmadas al año, hace dos años unas 1.200 se acordaban por este método ahora apenas 400, lo que supone un descenso de casi el 70%.

En Navarra cuatro de cada diez hipotecas se acuerdan sin recurrir a los bancos. También en Asturias, País Vasco y en La Rioja esta modalidad llega a la quinta parte de los acuerdos para adquirir una vivienda. Galicia es, por el contrario, la segunda comunidad en la que más peso tienen los bancos a la hora de conceder un nuevo crédito, solo por detrás del 96,8% en Madrid.

La subida de los precios del parque inmobiliario en el último año ha influido en el endeudamiento hipotecario. Este fenómeno se da sobre todo en Baleares donde los precios repuntaron un 16%, en parte por el boom del alquiler turístico. En Galicia los datos se mantienen con una deuda de 1.009 euros por metro cuadrado, un 1% menos respecto al año pasado. Es en las hipotecas contratadas con los bancos donde la cuantía experimenta una ligera caída de 1.017 a 1.011 euros por metro cuadrado (0,6%), mientras que en los firmados con otras entidades financieras repuntó un 4% -de 823 a 859 euros- pese a que la cifra es un 15% más baja que cuando los propietarios negocian con la banca.

Pese a que el endeudamiento creció más en los contratos a través de cooperativas, el importe contratado por compraventa de vivienda fue mayor en los que la hipoteca se negoció con las entidades financieras, con una media de 96.448 euros, un 1,3% más que los 95.196 de hace un año. En otras entidades el importe de nuevo crédito hipotecario contratado asciende a 77.989 euros, un 1% menos que los 78.696 del ejercicio anterior. En ambos casos el balance se mantiene estable. De hecho, la media es de 95.906 euros en el segundo trimestre, con apenas un aumento del 1,4% en comparación al mismo periodo de 2017.

Una vez superado el dilema de si es mejor comprar o vivir de alquiler si se elige adquirir un inmueble en propiedad surgen otras preguntas: si se contrata la hipoteca con un banco o con otras entidades y si ésta se hace a tipo de interés fijo o variable. Más de una cuarta parte de las hipotecas sobre viviendas -el 44,3%- se firman a tipo fijo, un crédito en el que siempre se va a pagar lo mismo aunque el interés sea más elevado y que hace un par de años tenía un peso anecdótico. El 55,6% restante se hace a interés variable que pese a ser más barato está más sujeto a las oscilaciones de índices como el Euribor.

La opción de endeudarse a tipo fijo ha ganado terreno y solo en el último año creció tres puntos -del 41,2% al 44,3%- debido a los bajos tipos de interés y a la mayor estabilidad que ofrece este sistema. La posibilidad del fin de una etapa marcada por mínimos históricos en los tipos de interés consolida las hipotecas fijas. De hecho, en 2008 el Euribor se disparó tanto que complicó a muchos el pago mensual de la vivienda. A su vez los créditos con intereses variables se redujeron en tres puntos pero se mantienen por encima de los fijos pese a que cada año estén en mayor equilibrio.