La Xunta quiere contratar un sistema informático aplicado a drones que permita utilizar datos georreferenciados para radiografiar con exactitud el monte. Además de comprobar qué fincas de la parcelaria se encuentran en estado de abandono, se fija cuatro objetivos más.

En primer lugar, inventariar las masas arborizadas de Galicia tanto en superficie como en volumen, identificando las especies presentes en cada lugar, la densidad de la madera y la carga de la biomasa, un trabajo que se plasma en el inventario forestal que demora una década en cada edición.

Además, se evaluará el estado de cumplimiento de las franjas de seguridad, tanto en los núcleos urbanos rurales "alrededor de los cuales es preciso establecer un perímetro de 50 metros libres de árboles", como en las infraestructuras lineales como carreteras, vías férreas o líneas de alta tensión. En este caso, las distancias de seguridad son de 15 metros.

"La aplicación desarrollada deberá permitir detectar el incumplimiento de estas normas a fin de activar las acciones necesarias para resolver estas situaciones", establece el pliego.

Por último, la red de drones empleada deberá permitir identificar tres plagas: la procesionaria del pino, permitiendo determinar el "momento óptimo para iniciar el tratamiento", el nematodo del pino -en este caso se "consideran de interés los algoritmos que permitan detectar la caída de unidades arbóreas concretas- y el defoliador del eucalipto, cuya detección pasa por identificar la caída de hojas en las copas de esta especie.

Una vez halladas estas plagas, el sistema de drones permitirá "la aplicación de tratamientos fitosanitarios en el caso de la procesionaria y el defoliador. En el primer caso, "mediante un ataque directo a las bolsas" en un fase de desarrollo temprano y en el segundo, mediante actuaciones "de muy bajo volumen".