Casi dos años después de que el Gobierno central prohibiese la plantación de patata por la presencia de la polilla guatemalteca en una treintena de concellos de A Coruña y Lugo, la Xunta da por controlada la plaga aunque todavía no ha sido erradicada. Desde marzo de 2017, los agricultores y comerciantes de los ayuntamientos infectados en las comarcas de Ferrolterra, Eume, Ortegal, A Mariña lucense y más recientemente en A Costa da Morte están obligados a deshacerse del producto para evitar la propagación del insecto (Tecia Solarinova). La Consellería de Medio Rural fue la encargada desde el inicio del proceso de recoger y destruir el tubérculo. Pese a las llamadas a la colaboración de productores, almacenistas y transportistas de las zonas en cuarentena, la Xunta detectó incumplimientos del plan de para erradicar la plaga que derivaron en la apertura de expedientes sancionadores; bien por plantar pese a la prohibición o por no entregar la cosecha o bien por el movimiento de mercancía a granel o la venta de tubérculo en las zonas afectadas por la polilla. Desde marzo del año pasado, Medio Rural abrió un total de 17 expedientes, 10 de ellos en 2017 y ocho este ejercicio.

Las sanciones por realizar prácticas que puedan facilitar la propagación de la polilla el oscilan entre los 300 y los 3.000 euros, aunque con el pronto pago de la multa el importe se reduce en un 40%. Por incumplir la normativa en materia de sanidad vegetal por la plaga de la patata, han sido expedientados 15 productores, un transportista y dos comercializadores, según datos facilitados por la Consellería de Medio Rural. La provincia de Lugo, con 18 concellos afectados por la polilla, concentra el grueso de las sanciones: un total de 11, cinco el ejercicio pasado y seis en los primeros once meses de este año, de los que nueve corresponden a agricultores y dos a productores comercializadores. Y la provincia de A Coruña, con 15 municipios sometidos al plan de control, suma siete expedientes sancionadores, cinco abiertos en 2017 y los dos restantes este ejercicio, de los que seis fueron por incumplir la prohibición de plantar y una por transportar el producto.

Desde que en marzo del año pasado el Ministerio de Agricultura aprobó el decreto para controlar la plaga de la patata, la Xunta extremó las medidas de vigilancias de los terrenos para evitar que se extienda a localidades, con especial atención a zonas productoras como Bergantiños o A Limia.

Para tratar de controlar y erradicar la polilla guatemalteca, la Consellería de Medio Rural duplicó el número de trampas de feromona con las que capturar a ejemplares adultos del insecto. En la actualidad son 1.170 las trampas distribuidas en el campo por toda la geografía gallega —600 en la provincia de A Coruña, 514 en la de Lugo, 36 en la de Ourense y las 20 restantes en la de Pontevedra—.

A estas se suman otras 649 trampas en almacenes —293 en la provincia de A Coruña, 348 en la de Ourense y ocho en Ourense—.

Las medidas de control no solo se aplican a los ayuntamientos afectados por la plaga y en la zona tampón (los terrenos comprendidos entre de una franja de 5 kilómetros en torno al límite de los municipios infectados así como los concellos de As Somozas, Moeche y Cerdido por estar rodeados de localidades en cuarentena), sino también en el resto de Galicia, donde se realizan controles para comprobar que no aparezcan nuevos brotes y así garantizar la protección de los cultivos.