El lácteo gallego vive en una constante época de incertidumbre agravada por la crisis de los precios. Aunque Galicia sea el motor del sector en España porque agrupa a casi el 60% de los productores de todo el país, es la comunidad que está en el furgón de cola, también en Europa, por los precios que perciben, con una brecha que sigue en aumento. De cobrar las tarifas que este año se abonaron en las granjas europeas, los ganaderos gallegos habrían ganado 113 millones más este ejercicio, según el sindicato Unións Agrarias (UUAA).

En la actualidad, las explotaciones lácteas en Galicia cobran de media cinco céntimos menos que los productores europeos por litro. Para denunciar estas desigualdades, UUAA reclama que se persiga la venta a pérdidas y que la evolución al alza del mercado lácteo repercuta en lo que cobran los ganaderos. El secretario xeral de Unións Agrarias, Roberto García, advirtió ayer de la importancia de la negociación colectiva -acordar los precios de la leche con las organizaciones de productores-, que será obligatoria a partir del 1 de abril, así como la normativa que obligará a que se etiquete el origen de la leche. "Cuando las cosas van mal en Europa afectan de modo brutal al mercado gallego, pero cuando van bien, aquí se mantiene una tendencia de estancamiento que aleja más al mercado gallego del europeo", sentenció.

Todo ello se traduce en una merma millonaria para el sector gallego, y es que los cinco céntimos menos que perciben los ganaderos de la comunidad con respecto a la media europea, si se traducen a euros, conforman una pérdida total de 113 millones en doce meses. Una situación que, para el sector, no hace más que consolidar las diferencias de precios.

Las expectativas, si no se toman medidas, no son esperanzadoras: "El problema de rentabilidad y de viabilidad económica en las explotaciones gallegas va a depender más de decisiones políticas que de la evolución del mercado", explica el secretario de Unións Agrarias. Para ello, García exigirá a la Xunta que juegue el papel de mediadora entre las partes para reducir estas diferencias entre el precio que cobran los ganaderos gallegos y los españoles y europeos, que ya ha desencadenado en un aumento de la producción, pero una caída de las explotaciones ganaderas -un 5% menos anual-. "No hay indicadores que expliquen que la evolución del mercado y la estabilidad en el precio sea suficiente para frenar el abandono de las explotaciones", apunta García, pero hace hincapié en que el abandono no solo se debe a jubilaciones de ganaderos, sino que "también se debe a la marcha de personas jóvenes a las que no les atrae el rural".

Otro aspecto que, según Unións Agrarias, ha perjudicado a los ganaderos de Galicia es que la industria cobró cerca de 300 millones de euros de ganaderos gallegos por la grasa que vendió, la cual no les hizo falta usar en la leche. Ante esta circunstancia, el sindicato declara que "a cada explotación gallega, a precios de mercado, le hubiera supuesto más de 25.000 euros de ingresos".

En este contexto, el sector pone sobre la mesa la necesidad de cambiar "las reglas del juego" y exige que, en los próximos días, se publique el nuevo decreto que obligará a la industria a respetar la negociación colectiva, una orden que prohibirá negociar a título individual con cada ganadero y evitar así posibles presiones a las que se podían ver sometidos. Además, exigen garantías a la Xunta en materia de transformación de la leche, algo que tildan de "fracaso de gestión", ya que de cada cien litros de leche producidos en Galicia, 56 se transforman fuera.