La ciudad de Santiago arrancará 2019 sin presupuestos. Los concejales de PP, BNG y PSdeG, con críticas a la baja ejecución de los ejercicios anteriores y a la escasa negociación, votaron en contra del proyecto presentado por el alcalde, Martiño Noriega (Compostela Aberta ).

A diferencia de lo sucedido con los presupuestos anteriores que fueron aprobados gracias al BNG y al PSdeG, en esta ocasión las cuentas, que ascendían a 115 millones, no obtuvieron ningún apoyo de la oposición, debido al "clima preelectoral", en palabras de Noriega, que censuró que los grupos de izquierda no acompañen "la nueva etapa para sacar a la ciudad del absoluto túnel oscuro" en la que la dejó el "PP cuando aún no era Vox".

La concejal de Economía, María Rozas, defendió unos presupuestos "expansivos" y "en clave de ciudad", con obras e inversiones fruto del "consenso" y con la apuesta en políticas sociales o el empleo, con inversiones en obras de hasta de 12 millones, de los que 7 se correspondían con acuerdos plenarios y con una inversión de 111 euros por persona en ámbito social.

Pero el pleno transcurrió entre intervenciones muy críticas de los tres partidos políticos no solo hacia los presupuestos sino a toda la gestión en este mandato de Compostela Aberta, que el portavoz del BNG, Rubén Cela, llegó a calificar en algunos aspectos de "línea continuista de Conde Roa", el alcalde del PP entre 2011 y 2012.

Desde el PSOE, Paco Reyes reprochó que Compostela Aberta los convocase "48 horas antes" del pleno y rechazó que se trate de un presupuesto social, aludiendo a la bajada de gasto en igualdad, juventud o fomento del empleo.

La intervención más tensa fue la del portavoz del PP y exalcalde Agustín Hernández, que tachó la gestión municipal de "todo un ejercicio de incompetencia" de un "incompetente" Noriega, al que reprochó que la baja ejecución presupuestaria suponga que a 30 de septiembre de 2018 solo se hubieran invertido 6,85% de lo previsto, lo que suponía un gasto de 15 euros por habitante.