El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha apelado hoy a la salud democrática, la que impera cuando existen problemas que se denuncian, así como debates y reivindicaciones, "que un gobernante no debe nunca menospreciar", y la cual no se da si las que se plantean son meras "utopías falaces".

En su tradicional mensaje de Fin de Año, el máximo mandatario autonómico ha indicado que las controversias que se pueden producir en la Comunidad que gobierna son "muy distintas a otras que persiguen la división entre buenos y malos ciudadanos" y en esa senda ha animado a seguir avanzando.

Siempre, ha dicho, con la convicción de que la Constitución de 1978 es "el marco que protege nuestro autogobierno" por lo que ha invitado a no permanecer impasibles ante los "ataque sistemáticos" a este texto, que tiene ya cuarenta años.

"Galicia no va a callarse cuando se pone en peligro una obra de todos", ha advertido, y ha añadido que tampoco se puede considerar aceptable que se disfrace como "conflicto" una, a su juicio, evidente vulneración de la legalidad, con la búsqueda de "situaciones de privilegios que no compartimos".

En un tono de voz más elevado, ha señalado que "ni fue un conflicto el ataque del terrorismo a la España de las libertades, ni cabe llamarle conflicto al golpe de Estado de 1981, ni tampoco hay conflicto en el reiterado desafío del independentismo catalán".

Por eso, con la misma intensidad con la que se desea "un pleno retorno a la normalidad en la Generalitat", ha reclamado que no se descarten las herramientas contempladas en la Carta Magna "para garantizar nuestra democracia y nuestro autogobierno".

Ha apuntado, asimismo, que hay ejemplos suficientes "de que la ruptura" de ciertos acuerdos trae consigo "efectos lamentables" y ha vuelto a poner de ejemplo a los gallegos como modelo de "convivencia" y "entendimiento", un pueblo "que hablan, intercambian impresiones y también discuten, pero sin dejar de estar juntos".

No son pocas las inquietudes, de hecho, que ve para 2019 y, a tenor de esta observación, ha lanzado la pregunta de si las mismas podrían canalizarse o resolverse "con una sociedad fragmentada, enfrentada y carente de puntos de encuentro".

"Con la democracia, gallegos como nosotros decidieron hacernos libres y responsables, conciliando derechos y deberes y sabiendo que el mundo real exige dosis adecuadas de idealismo y realismo, dos valores que personifica la figura de Xerardo Fernández Albor, que nos dejó en este año 2018", ha reivindicado, con un recordatorio al primer presidente democrático de Galicia.

También ha dedicado buena parte de su intervención, al inicio y a la conclusión, al intelectual Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, del que se pudo aprender, ha remarcado, "que las ideas excluyentes son la causa de episodios" como deja ver en la Ciudad de la Cultura la obra "A derradeira leición do Mestre".

Núñez Feijóo ha insistido en que "debemos sentirnos orgullosos de lo que significa que este cuadro, que muchos consideran el 'Guernica' gallego, esté aquí, entre nosotros" puesto que "se convirtió en este 2018 en un exiliado más que vuelve a su casa. Vuelve tarde, pero por primera vez desde que Castelao lo pintase en Buenos Aires logramos que se pueda ver en Galicia".

Con él, ha interpretado, el autor "quiso legarnos un testimonio y también una advertencia: hubo un tiempo terrible en el que Galicia, como el resto de España, sufrió la tragedia de la Guerra Civil y de la posterior dictadura".

Sobre la muestra en sí, ha dicho que provoca cierta conmoción ver lo ocurrido y, a la par, admiración por poder hacerlo gracias a la libertad y a la reconciliación logradas en la Transición, máxime "cuando se trata de minimizar o incluso cuestionar" aquel fenómeno.

Convivencia, armonía, cooperación, ha clamado, y ha exigido que no sean únicamente "deseos retóricos" porque la falta de entendimiento "siempre ha tenido consecuencias negativas, pero en los tiempos en que vivimos, las secuelas de la incomunicación, de la división y de los conflictos alimentados artificialmente son evidentes y graves".

La Comunidad gallega no es inmune, pero sí "portadora" de un buen ejemplo, con una sociedad cuyo proceder ve reflejado en el Pórtico de la Gloria, un éxito de visitas y aplausos, porque las figuras labradas en piedra por el Mestre Mateo forman "una Galicia en miniatura que mantiene una animada conversación y, como motivo de la obra que lo haría inmortal, el artista eligió un diálogo".

El que Feijóo ve en el presente en los asuntos concretos que afectan a la gente, caso de la violencia machista, la inclusión social y las dificultades económicas, dado que pese a una "economía más sólida" y a una recuperación en vías de continuar consolidándose, "sigue habiendo gallegos con desvelos para poder resolver problemas, problemas reales".

"Eso -ha continuado- es lo que nos debe preocupar y ocupar, las cosas cotidianas: la calidad de los servicios públicos, la defensa de la igualdad, consolidar la creación de empleo, garantizar futuro industrial, fortalecer el rural y el sector del mar, cumplir las expectativas de la juventud, combatir la crisis demográfica y prepararnos adecuadamente para oportunidades históricas como el próximo Xacobeo 2021".

A ello ha conminado a todos, y ha deseado salud, prosperidad y que Galicia se mantenga como un modelo de convivencia, toda vez, ha afirmado, que las ideas "que incluyen, que suman, que acuerdan, son el mejor antídoto" contra cualquier problema.