El lácteo gallego empieza a remontar después de la crisis que llevó en 2015 a sacar los tractores a la calle en varios concellos y ciudades gallegas en protesta contra los bajos precios. Tanto que desde la primavera de ese año y durante siete meses consecutivos cada litro de leche costaba de media apenas 28 céntimos por litro y llegó a caer hasta los 26,7 céntimos, un 11% por debajo de lo que cuesta producirlo. En los tres últimos años las tarifas repuntaron hasta los 31,4 céntimos de octubre -último mes del que hay datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA)- frente a los 28,7 registrados en el mismo mes en 2015. La subida de los precios ha permitido un aumento de los beneficios un 33%, al pasar de 52,4 a 70,1 millones. Esto significa que cada granja ganó unos 3.400 euros más al mes pero a costa del cierre de 1.583 explotaciones desde la última crisis del sector. Solo en lo que va de año cerraron 420 instalaciones agrarias. El aumento de las ganancias se debe no solo al crecimiento de los precios sino también al repunte de la producción, con 40.226 toneladas más que se recogen al mes respecto al mismo periodo de 2015 hasta alcanzar las 223.345 toneladas, casi la mitad de las 572.845 que se contabilizan en todo el estado.

El Instituto Galego de Estatística (IGE), aunque no tiene datos actualizados de este ejercicio, recoge que los cierres el año pasado se concentraron en las instalaciones agrarias de menor tamaño y son las de menos de una de decena de reses las que más han desaparecido hasta el punto de que solo existe una veintena de granjas con solo uno o dos animales. En las explotaciones de menos de diez vacas el descenso alcanza el 90% en comparación con los datos de 2015.

El volumen de cierres se reduce a medida que aumenta el tamaño, de forma que hasta las explotaciones por debajo de un centenar de vacas los resultados son negativos. Para compensar en alguna medida esta sangría, desde las tractoradas de hace tres años las granjas que cuentan entre 100 y 200 cabezas se mantienen en torno al millar, mientras que las de más de 200 se incrementaron en un 23%, al pasar de las 291 contabilizadas en 2015 a las 353 del año pasado. La Consellería do Medio Rural alegó en varias ocasiones que los cierres de los últimos años no se debían solo a la caída de los precios sino a la fusión de las pequeñas explotaciones en otras de mayor tamaño para ser más competitivas. De todas formas, pese a que Galicia aún es el país del millón de vacas -o casi, con 960.413 bovinos- las 321.652 reses que se destinaban a la producción de leche el año pasado son casi 9.000 menos que las 330.583 que había en 2015 coincidiendo con las tractoradas. Y eso que en ese año las tarifas tocaron fondo y eran más bajas que ahora. De nuevo, las granjas más grandes son las únicas que incrementan su cabaña, en concreto, las de más de 200 vacas, donde se ha pasado de 50.863 a 60.907 animales.

La subida de los precios de la leche en octubre hasta los 31,4 céntimos por litro, supone el segundo ascenso consecutivo, ya que si en agosto estaba a 30,3 céntimos, en septiembre llegó a los 30,8. Pero esta subida no palía la diferencia histórica que mantiene con el promedio estatal, que en octubre se coloca a 32,5 céntimos, es decir, poco más de un céntimo por encima del valor gallego. La tendencia alcista de la leche cruda es una tónica generalizada en todo el estado, pues su precio sube en todas las comunidades salvo en Canarias, donde calca los 45 céntimos. Lo que ya es tendencia es que Galicia continúa ostentando el precio más bajo de todo el país.