La recuperación económica y, por tanto, la mayor disponibilidad para comprar un vehículo anima a los más jóvenes a sacarse el carné de conducir, una situación que el año pasado era misión imposible en las autoescuelas gallegas debido a la huelga estatal por las reivindicaciones salariales de los examinadores. Casi 700 personas obtienen el permiso de conducción al mes debido a un aumento de 6.900 personas en el censo de automovilistas de la Dirección General de Tráfico (DGT). De todas formas, en los últimos años el crecimiento se ha ralentizado porque si desde el inicio de la recesión a 2015 el censo repuntó en más de medio millón de conductores en el último año solo se sumaron siete millares de nuevos automovilistas. Además, de los más de 1,7 millones de censados, unos 316.538 superan la edad de jubilación, lo que supone la quinta parte del total, debido en parte al descenso de la natalidad.

En este sentido, de los conductores que sobrepasan los 65 años unos 112.132 han cumplido ya los 74 y representan la tercera parte de este colectivo. En comparación con las estadísticas del ejercicio anterior, el número de jubilados al volante subió un 6% con 18.538 conductores más en esta franja de edad, al pasar de 298.000 a más de 316.538 automovilistas. Y respecto a 2010, primer año al que hacen referencia las estadísticas, el aumento es del 35% frente a los 234.036 jubilados al volante contabilizados ese año.

Cuatro de cada diez conductores gallegos mayores de 65 años están inscritos en la provincia de A Coruña, con 127.100 personas, de los que casi 43.032 -más de un tercio- tienen más de 74 años, el tramo de edad de los más longevos en las estadísticas de Tráfico. Otra tercera parte de los gallegos que conducen en edad de jubilación -unos 100.385- residen en Pontevedra y, de ellos, 33.372 están en el ecuador de la década de los 70, lo que supone también un tercio.

En el caso de las provincias del interior este grupo ronda los 45.000 conductores tanto en Lugo como en Ourense y representa el 14% en ambos casos. En las dos provincias el número de automovilistas de más de 74 años oscila entre los 17.000 y los 18.000 conductores y acapara el 41% de los jubilados del censo.

Por ciudades, en A Coruña y Ourense el porcentaje de conductores mayores de 65 años roza el 19%, un punto por encima del 18% registrado en Vigo, mientras que en Ferrol va camino del 21%. Los porcentajes más bajos se dan en Lugo que alcanza el 17% y en Pontevedra y la capital gallega, ambas con un 16,2% de automovilistas que superan la edad de jubilación.

Estas cifras revelan que la demografía está presente en la estadística de tráfico y al mismo tiempo que con la pirámide poblacional, mientras la cúspide con las franjas de mayor edad se ensancha, la base que representa a los más jóvenes se estrecha. Pero al margen de los datos, otra información a tener en cuenta es que casi la mitad de los permisos de conducir vigentes a nivel nacional cuenta con alguna restricción como llevar gafas, alguna patología que merma la capacidad o movilidad y también limitaciones asociadas a una disminución de capacidades por cuestión de edad.

Además de la relacionada con la velocidad, las limitaciones del carné para los mayores pueden fijar un desplazamiento máximo desde el lugar del domicilio o prohibir al conductor circular de noche. La normativa de tráfico también determina que algunos automovilistas solo pueden ponerse al volante si van sin pasajeros, o bien acompañados de otro conductor o si en caso de problemas de visión o auditivos tienen su vehículo adaptado con espejos de refuerzo. También es posible restringir el acceso a las autovías o autopistas para evitar despistes en los accesos que puedan desencadenar circulaciones temerarias en sentido contrario.

La limitación en el permiso de conducción depende del estado de salud de cada conductor y de qué forma éste conserva sus facultades con el paso de los años. A partir de los 65 años, el carné se renueva por un máximo de cinco años y no por una década como en las franjas de edad anteriores.